martes, 13 de enero de 2009

La paradoja de la judicatura

Las asociaciones que agrupan a los jueces españoles anuncian una convocatoria de huelga si el Gobierno no atiende sus reivindicaciones, centradas en ocho apartados.
Nada que objetar al derecho a la huelga. Sin embargo, llama la atención que un colectivo de privilegiados como este lance semejante ultimátum escudándose en un articulado que, en buena parte, bien podría haberse reivindicado cuando Larra escribió aquello de "Vuelva usted mañana...".
Porque si bien es cierto que hay muchas cosas que reivindicar y mejorar, ninguna de ellas es flor de un día, sino de decenios de desidia y atraso. Porque si bien es cierto que se cargan las tintas y reclamaciones, injustas muchas veces, sobre jueces de remotas instancias sobrecargados de casos, también lo es que en la judicatura hay una élite que cobra buenos sueldos, goza de los mejores medios técnicos y humanos, y además de considerables privilegios. Estos son los que promueven la huelga porque son mayoría en las asociaciones judiciales.
Los jueces tienen derecho a plantear reivindicaciones, pero los ciudadanos también a que se nos imparta justicia no sólo por el libro, sino aplicando el sentido común. Sentencias judiciales hay de sobra para demostrar que esa clase de sentido se transforma muchas veces en un sinsentido. ¿Y qué ocurre cuando es así? Pues que los jueces, haciendo uso de su inveterado corporativismo, se protegen con decisiones vergonzosas e irritantes, por calificarlas decorosamente. ¿Será por eso que la Justicia se representa con una venda en los ojos?
Claro que los jueces tienen derecho a la huelga, pero los ciudadanos también deberíamos tener derecho a elegir juez y a nuestros jueces, como lo tenemos a elegir médico o diputado. ¿Por qué una sociedad que asienta su democracia en derechos universalmente reconocidos tiene en la judicatura un poder paralelo intocable para los ciudadanos?
Coincido, en este sentido, con la reflexión que esta mañana ha hecho Gaspar Llamazares en el Congreso, en referencia a la paradoja en que se desarrolla la actividad profesional de los jueces. Dice el diputado: "IU reconoce el derecho de huelga, pero hace un llamamiento a los jueces para que se aclaren sobre si son trabajadores, son corporación o son gobierno, porque entonces habrá que definir si convocan huelga, cierre patronal o si los propios jueces autogestionan los juzgados como si de reinos feudales se tratara".
Ni el agua bendita puede ser más clara.

2 comentarios:

entrenomadas dijo...

Si a mi me tocará un tipo como el de la imagen que has subido me pondría en huelga inmediatamente.

Estoy completamente de acuerdo con lo que dice LLamazares.
Estoy controlando lo que digo mucho porque tengo cierta alergia a los jueces. Por eso no sigo...

Bacci,

M

Anónimo dijo...

Pues yo, perdona mi ignorancia, no entiendo muy bien lo que quiere decir Llamazares.
Lo que si entiendo es lo bien que funciona el ministerio de hacienda y la delegación de tráfico, no se les escapan defraudadores ni infractores, que me parece muy bien además. Observo que no les falta demasiado personal, que están informatizados y al día, que están a la última en tecnología sin escatimar medios económicos para cuanto sea menester... en fin para que relatar lo obvio. Y, mientras, a la "pobre" justicia se le acumulan los papeles, ´no hay un buen sistema informático, ni por supuesto personal suficiente (y tanto paro), carece de una buena infraestructura ya que nadie se entera de nada, por supuesto no hay dinero y sí mucho caradura, por no usar otros términos más gráficos pero malsonantes, tanto dentro como fuera de la misma y no todos son jueces, y si algunos son políticos...

Besitos y perdón por la extensión