"Si cada español me diera un céntimo sería suficiente para salvar muchas vidas". Fatana Ishaq, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación en 1998 y de Defensa de los Derechos Humanos en el 2000, ha lanzado este angustioso mensaje en el Foro Internacional sobre Infancia y Violencia que se celebra en la Comunidad Valenciana, con el que nos recuerda, indirectamente, el valor de un céntimo de euro.
¿Qué podemos comprar (¿comprar? ¿quién puede conjugar tal verbo?) por un céntimo de euro? ¿Qué valor tiene tan ridícula fracción? Parece claro que para quienes vivimos pendientes del teléfono móvil (¿cómo nos las apañábamos para comunicarnos hace apenas veinte años sin ese aparatito?) un céntimo es totalmente desdeñable, de manera que ni siquiera lo reclamamos cuando nos lo cobran de más. Sin ir más lejos, durante años hemos consentido que las operadoras telefónicas cobrasen por minutos o fracción, no por tiempo real, del mismo modo que durante años hemos consentido que las concesionarias de los aparcamientos subterráneos aplicasen tarifas por horas o fracción, nunca por tiempo real. Los ejemplos son numerosos y sobradamente conocidos de quienes vivimos en España.
Por eso me parece que el llamamiento de esta mujer tiene un valor trascendental y porque nos hace reflexionar acerca de la importancia de lo ínfimo, lo pequeño, lo desdeñable, lo aparentemente simbólico. Porque un céntimo de euro es, en el primer mundo, una fracción simbólica, ¿o no?
[Más sobre Afganistán: Amnistía Internacional, Mujeres en Red]
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Da que pensar...
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Sólo la guerra ha matado ya en Afganistán, en dos décadas, a cerca de medio millón de niños
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¿Qué podemos comprar (¿comprar? ¿quién puede conjugar tal verbo?) por un céntimo de euro? ¿Qué valor tiene tan ridícula fracción? Parece claro que para quienes vivimos pendientes del teléfono móvil (¿cómo nos las apañábamos para comunicarnos hace apenas veinte años sin ese aparatito?) un céntimo es totalmente desdeñable, de manera que ni siquiera lo reclamamos cuando nos lo cobran de más. Sin ir más lejos, durante años hemos consentido que las operadoras telefónicas cobrasen por minutos o fracción, no por tiempo real, del mismo modo que durante años hemos consentido que las concesionarias de los aparcamientos subterráneos aplicasen tarifas por horas o fracción, nunca por tiempo real. Los ejemplos son numerosos y sobradamente conocidos de quienes vivimos en España.
Por eso me parece que el llamamiento de esta mujer tiene un valor trascendental y porque nos hace reflexionar acerca de la importancia de lo ínfimo, lo pequeño, lo desdeñable, lo aparentemente simbólico. Porque un céntimo de euro es, en el primer mundo, una fracción simbólica, ¿o no?
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Sólo la guerra ha matado ya en Afganistán, en dos décadas, a cerca de medio millón de niños
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1 comentario:
En la línea del valor de lo ínfimo para muchos,un céntimo equivale a la vida.Es atroz pero cierto.
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