Una de las cantinelas más insistentes de estos últimos era que, amén de todos los males económicos, sociales, culturales, etc. que su presencia aportaba al país, también nos llenaban los hospitales de pacientes con enfermedades impropias de estas latitudes y ya erradicadas.
No soy quien para afirmar que eso sea falso, pero siempre es preferible la ponderación a la exageración, la cautela al desvarío sistemático. Por eso son especialmente importantes opiniones de profesionales como Maite Aranzábal, de
Ni entro ni salgo en tan delicada cuestión porque no soy médico y me faltan conocimientos suficientes para opinar al respecto, cosa que deberían tener también en cuenta quienes propagan falsedades sobre personas y colectivos socialmente vulnerables, que también contagian, aunque parece que no tanto como se pretende hacer creer.
3 comentarios:
a veces se trata de buscar cohartadas que ratifiquen la manera de pensar... sin conocimientos suficientes, claro...
la ignorancia es muy atrevida.
bicos,
Aldabra
No es que los medios de comunicación mangoneen, para nada. Cada uno de ellos es la expresión de tendencias en una sociedad plurarl como ésta, y bienvenidas sean. Pero lo cierto es que está por hacer (o por divulgar) un estudio económico serio de cuánto nos cuestan y cuánto aportan los emigrantes. Y hay que hacerlo, porque, además de personas con derechos y deberes, están aquí como fuerza económica.
Publicar un comentario