lunes, 5 de mayo de 2008

Soporte inmigrante, empleo femenino

Un reciente estudio de la Fundación de Cajas de Ahorro señala que el cuidado del 70% de las personas dependientes en España, la mayoría niños y ancianos, está en manos de inmigrantes, lo que permite una mayor incorporación de la mujer al mundo laboral.
Hasta el primer trimestre de este año había en España 8,4 millones de mujeres ocupadas, más de tres millones de las que trabajaban en 1999. El estudio de la citada organización atribuye el fenómeno a la “cadena de cuidados transnacionales” (extraño eufemismo, por otra parte), que consiste en que una mujer extranjera deja de cuidar a su familia en su país para sustituir en el trabajo reproductivo a una española, que puede, de este modo, buscarse la vida en el mercado laboral.
Los cálculos efectuados para elaborar este informe llegan a la conclusión de que por cada punto en la proporción de inmigrantes en la población española, aumenta en 0,6 puntos la tasa de actividad femenina, razón por la que la inmigración explicaría el 30% de los 12,5 puntos de aumento en la tasa de actividad femenina entre 1996 y 2005. Es decir, que gracias al soporte inmigrante, las mujeres españolas puede salir a buscar trabajo fuera de casa.
Si esto es tal cual, y no soy quien para ponerlo en duda, el gobierno debería tomar buena nota y plantearse de otro modo la política de inmigración para, por ejemplo, reducir la tasa de intolerancia, que ha pasado en los últimos años del 10 al 30% entre la población española. Y no estoy hablando de café para todos ni de permitir la inmigración irregular fomentada por los traficantes de carne humana (por cierto, ¿por qué siempre emigran los necesitados?), sino de hacer visibles a los extranjeros vinculándolos a esfuerzo, trabajo, educación, cultura, desarrollo, demografía, economía, etc. etc.
Digo esto porque no he visto ninguna campaña gubernamental que procure higienizar las conciencias o aliviar las frustraciones de quienes insisten en relacionar inmigración con violencia, drogadicción, delincuencia, marginalidad y demás sustantivos vinculantes.
Este mismo análisis de la Fundación de Cajas de Ahorro dice, y no es el único, que “los datos reflejan que a pesar de que la inmigración es la cuarta preocupación principal nacional, después del paro, el terrorismo y la vivienda, el miedo es infundado. La cantidad de delitos cometidos en España entre 2002 y 2006 bajó en un 22%, justamente en el momento en que la inmigración aumentó en un 85%. Aparte, la cantidad de delitos comprobados a inmigrantes se situó en este mismo periodo en un 11%, similar al tamaño de la población extranjera en el país”, según informa Cinco Días.
Deberíamos aprender a ver el mundo que nos rodea con mirada más limpia y menos inquisidora, y exigir para nuestros semejantes el trato que nos gustaría para nosotros.

8 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Solo hay que fijarse en el modo en el que dan las noticias para atribuir un posible foco de ese miedo:

"un joven inmigrante procedente de [ponga aquí su país "no del primer mundo" favorito] mata a una mujer tras robarle el bolso"

"un joven drogadicto mata a una mujer tras robarle el bolso" (el joven es español de pura cepa)

en el segundo titular, y ya lo tengo comprobado, el lector añade la coletilla "seguro que era... [ponga aquí su insulto racista favorito]

cristobal ramirez dijo...

Eso de "¿por qué emigran los necesitados?" supongo que será una irónica licencia literaria.

Anónimo dijo...

Algunhas destas persoas que teñen inmigrantes traballando na súa casa, digamos coidando dos nenos ou limpando, teñen prexuicios contra eles, algo sorprendente cando se benefician dos seus servicios.
Saúdos!

Julio Torres dijo...

Cruxens, sobre o que dis: Cuán gran e hiprócita é a HIPOCRESÍA desa xente...

Algo raro...Esta sociedade non é nada nada hipócrita e cínica...

Carpe Diem

Unknown dijo...

acabo de alquilar una casa que me entregaron en un estado de suciedad tal que renuncio a describir. cuando fui a protestar a la inmobiliaria, una mujer que esperaban me dijo: seguro que vivían ecuatorianos. me salió la garra asesina. no, señora, le dije, vivía un abogado, español de pura cepa. eso sí, el mayor cerdo que me he encontrado en mi vida.

en fin...

Irreverens dijo...

EStoy de acuerdo contigo con que el Gobierno de España podría hacer mucho más para "limpiar" (sí, entre comillas, porque no creo que esté sucia) la imagen de los inmigrantes.

[Aunque en realidad sea la mentalidad de los españolitos la que está realmente pringosa.]

Siempre que te leo, pienso que ojalá hubiera muchísima más gente como tú.
:)

Guillermo Pardo dijo...

La casuística es numerosa, tanto como los cínicos y los hipócritas que la fomentan. Gracias y saludos.