A De Juana Chaos se le puede desterrar al islote Perejil, como hacían los romanos. O cortarle la mano derecha, como hacen los códigos islámicos. O ponerle una campanilla y alejarlo a pedradas de San Sebastián, como se hacía con los leprosos. O matarlo, como harían en Texas. Pero nada de eso nos haría justos.
Coincido con Barreiro Rivas en que nada de eso nos haría justos si actuásemos con los criminales como en las dictaduras o en las sociedades sometidas al capricho incitado por la venganza. Hay cabrones y asesinos que nacen con suerte, y De Juana Chaos es uno de esos "suertudos" que habiéndose dado un baño de sangre en plena democracia se le juzga por un código penal diseñado en el franquismo, lo que demuestra que nunca las Administraciones caminan, en el tiempo, a la par de los avatares a que la vida somete a los administrados.
Pero también es verdad que el caso De Juana, como escribe Félix Soria, no es más que uno de los miles que se resuelven con la libertad del condenado una vez cumplida la pena. Y no hay más leña, a menos que se quiera cortar para achicharrar las meninges hasta el paroxismo, de lo que hay sobrados ejemplos que me niego a enlazar para no publicitarlos.
Como en todo, el asunto tiene su lado bueno porque de la discusión surge la luz, que nos permite avanzar allí donde reina la oscuridad: el debate sobre si deben ampliarse las penas para delitos de sangre y especialmente los terroristas, sobre si debe permitirse a los asesinos vivir al lado de las víctimas, sobre si los códigos penales deben ser revisados al socaire de los acontecimientos...
Eso nos diferencia de vengadores y dictadores.
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Mis pensamientos 2.0: Condenas
3 comentarios:
Está claro que la discusión trae al final luz sobre el asunto discutido.
El problema es que en el caso de De Juana Chaos, está tan politizado todo que cada uno grita su propia verdad sin atender a la del otro.
Es muy duro para las familias de las víctimas, pero es lo que hay, triste o no, habrá que joderse en este caso, pero por el futuro si que se puede hacer algo, hay que aprender de los errores. Un abrazo.
Gracias por vuestras aportaciones. Saludos.
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