jueves, 22 de febrero de 2007

Había una vez un "halaka"...

La globalización es como un gran agujero negro: todo lo engulle sin dejar rastro. La tradición oral se ha convertido, por mor de los artefactos que todo lo reproducen con sólo un click, en una de sus víctimas más propicias, que acabará engullida por lo que, quizá ya en un futuro próximo, llamaremos tradición visual.
Como un día sucedió con los contadores de cuentos de otros lugares, los relatores de historias de Marrakech, los halakas, parecen tener los días contados. Las nuevas tecnologías se han convertido en sus mayores enemigos, como en otro tiempo lo fueron la radio y la televisión para las historietas que nos contaban de pequeños.
A los niños de hoy ya no se les cuentan cuentos: se les asusta con cierta clase de televisión y de videojuegos. Ya no quedan hadas que los transformen en princesas ni en príncipes, ya se han extinguido los ígneos dragones cuyas sombras creíamos ver sobre las caleadas paredes del dormitorio mientras la abuela nos contaba su más vieja historia, ya los caballeros dejaron de serlo cuando el de la Triste Figura cayó lanceado por el de la Blanca Luna, ya Macondo ha sucumbido a los neones de Gotham City... Ya pronto, algún día, las mamás de Marrakech comenzarán sus historias infantiles con un "había una vez un halaka"...
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Da que pensar...
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La tradición oral es vital en Marruecos, el 40% de cuya población no sabe leer ni escribir.
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2 comentarios:

Astrolabio-jsa dijo...

Excelente este llamado de atención, Guillermo, pues sin conocer los halaka soy un fanático de los cuenteros. Saludo.

Anónimo dijo...

Me alegro de que te haya gustado, compañero. El tema es de los que merecen atención. Por lo que perdemos. Saludos