martes, 27 de febrero de 2007

La integración comienza desde arriba

A los políticos se les llena la boca con la palabra integración y pocas veces adoptan medidas eficaces para hacerla efectiva.
El nuevo Estatuto de Andalucía, recientemente aprobado, da un paso que a mí me parece fundamental en ese ámbito, pues reconoce expresamente los derechos sociales de la población inmigrante en la comunidad. El Preámbulo de la primera ley andaluza (en España, cada comunidad autónoma –17– tiene su propio marco legal, reconocido y amparado por la Constitución Española de 1978, ley suprema del país) supone ya toda una declaración de principios y de reconocimiento universal. Leemos en el segundo párrafo: “Andalucía ha compilado un rico acervo cultural por la confluencia de una multiplicidad de pueblos y de civilizaciones, dando sobrado ejemplo de mestizaje humano a través de los siglos”.
Nada más cierto viniendo de un pueblo que durante ¡ocho siglos! fue cuna de la civilización árabe en Europa, gracias a la cual los europeos heredamos el germen de lo que llamamos cultura occidental. No olvidemos que fueron los árabes quienes, tras el desmembramiento del Imperio Romano, acogieron el conocimiento antiguo y tradujeron los textos científicos y filosóficos clásicos, incluidos los cristianos.
Los artículos 10 y 37 del estatuto andaluz se refieren a la “integración laboral, económica, social y cultural de los inmigrantes”, principio sobre el que se cimenta el II Plan Integral para la Inmigración en Andalucía, que hasta el 2009 contará con una dotación de 1.400 millones de euros. Sin dinero, evidentemente, no se pueden promover políticas integradoras. Eso, sin embargo, no es todo. El artículo 62, titulado “Inmigración”, relaciona las competencias de la Administración autónoma en esta materia.
Me parece un buen ejemplo, a priori, de cómo deben promoverse las políticas de integración social, que tienen que partir de arriba y asentarse en legislaciones claras y decididas. Andalucía ha sido durante años tierra de emigrantes, pero también de acogida. Este articulado de su estatuto lo demuestra.
[Foto de la Torre del Oro de Sevilla y el río Guadalquivir]
[Estatuto de Autonomía de Andalucía]
[Visita virtual a la Alhambra de Granada]
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1 comentario:

Im-Pulso dijo...

Ojalá cunda el ejemplo del estatuto andaluz. Los inmigrantes, o nuevos ciudadanos españoles, son tan personas como los nacidos aquí.