Félix Soria escribe en Im-Pulso: Sí, es verdad, hay quienes con tal de hacer caja han convertido en empresa y negocio la construcción de verdades virtuales útiles para que sus clientes falten al trabajo, pasen por enfermos, justifiquen el retraso de un pago, engañen a sus parejas o incumplan cualquier otra de sus obligaciones familiares, laborales, económicas, sociales...
En efecto, para algunas personas hacer caja es un objetivo vital que hay que alcanzar a cualquier precio... ajeno. Y el hecho de que tal fin se persiga virtualmente es, en el fondo, una cobardía no sólo de quienes ponen los medios para propiciarla, sino también de quienes recurren a ellos para no dar la cara.
En La Huella Digital, Nacho de la Fuente se pone nostálgico: Hace un año se anunció aquella buena noticia. Doce meses después, y con el insultante precio de dos vidas aniquiladas, aún no se ha dado el portazo definitivo al mayor desgarro de nuestra democracia. Una locura que, por obra y gracia de un puñado de irresponsables, sigue siendo el epicentro del terremoto político que a diario sacude nuestro bienestar.
Un día, ante la puerta de una iglesia, un pedigüeño me pidió, implorante, una limosna al tiempo que me decía: “Más vale tener que desear”. Tener nostalgia de aquella buena noticia es mejor que desearla.
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