La comunidad inmigrante en España comienza a moverse no ya para defender sus derechos, sino para ganar capacidad de decisión e influencia.
En Valencia acaba de presentarse en sociedad Movimiento por el Cambio, un partido que exigirá el derecho de voto y el de los inmigrantes a ser elegidos, y que aspira a obtener representación en el Ayuntamiento valenciano en las próximas elecciones municipales.
¿Es de izquierdas o de derechas? La respuesta quizá radique en esta afirmación de su portavoz, Edgard Constate: “En España no existen partidos de izquierdas, sino tan solo socialdemócratas”.
El muro de alambre
¿Nos acordamos de las vallas de Ceuta y Melilla? No están lejos aquellos tristes sucesos, pero cuando ya casi empezábamos a olvidarnos de esos muros de alambre se nos recuerda que están ahí y que siguen rompiendo miles de sueños europeos surgidos al estrellado cielo de las noches africanas.
Médicos sin Fronteras afirma que las duras púas de las tristes vallas mantienen a raya a unos 30.000 desesperados que ven frustrados sus esfuerzos e ilusiones de comer en Europa. El hombre sigue siendo el peor enemigo del hombre.
Mientras tanto, en algún cajero automático...
...en este mismo instante un extranjero estará ingresando dinero que más tarde hará llegar a su familia en algún lugar del mundo, dinero con el que se alimentarán y vestirán los que se han quedado para velar de los viejos y cuidar de la choza y del rebaño de moscas como toda propiedad.
El envío de remesas de los inmigrantes en España fue el año pasado de 6.250 millones de euros, un 35,4% más que en 2005, según el Banco de España. Esta cifra sería mayor si se cuantificasen los envíos por canales no oficiales, es decir, los que se entregan en mano, se envían por familiares o mediante empresas no registradas, entre otros.
Los mayores remesadores son latinoamericanos, en tanto que la transacción media que efectúa cada persona _entre siete y once veces al año_ supera los 300 euros. ¿Os imagináis lo que se puede hacer con ese dinero en un país como Bolivia?
Sentido sí, pero poco común
Ángel Casas hace en El Norte de Castilla una reflexión llena de sentido común, tal y como advierte en el título. Transcribo el siguiente párrafo, suficientemente elocuente de su pensamiento: El sentido común te dice que esto de la inmigración está siendo aprovechado demagógicamente con fines políticos. Aunque yo siempre creí que nuestros políticos no carecían de sentido común, puede que no sea así. Quizás tengan más sentido común los votantes que los demandantes de votos.
En efecto, yo, como Ángel Casas, también pienso que no es el común el más común sentido de los políticos.
[Influencia. Autor: Yoselín Echevarría. Óleo/Lienzo]
No hay comentarios:
Publicar un comentario