Colea la cuestión de la transparencia en las oenegés. No es para menos, puesto que hay mucho en juego, especialmente credibilidad, confianza, sentimientos, ideas, proyectos personales, futuro...
He leído comentarios e informaciones muy contundentes, quizá más apasionados que documentados, más resentidos que meditados y, consecuentemente, mesurados.
Las oenegés son organizaciones necesarias que cumplen una función social importante de la que nadie se ocupa, pero por eso y porque se nutren de fondos públicos y de aportaciones privadas deben estar a la altura de la mujer del César, que no sólo debía serlo, sino parecerlo y demostrarlo.
Xosé Luis Barreiro Rivas habla de la transparencia de estas organizaciones en su artículo de hoy en La Voz de Galicia, en el que apunta dos claves: las ONG deberían autofinanciarse al menos en un 51% de sus presupuestos y ser transparentes en al menos el 60% de sus recursos.
A mi, personalmente, me parecen insuficientes tales porcentajes porque los restantes siguen siendo posibles gracias a las aportaciones públicas y privadas, que merecen, cuando menos, el cien por ciento de garantías.
Anesvad, Intervida, Fundación Lealtad
1 comentario:
Las ONG tienen que cumplir como cualquier otra organización y demostrar que son tan guays como pretenden hacernos creer. Un pelín de caña no les vendría mal.
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