lunes, 5 de noviembre de 2007

Salarios: globalización, no inmigración

La tendencia decreciente de la participación de los salarios en la renta en países de la zona euro responde más a causas estructurales que a factores oscilantes como la oferta y la demanda de trabajo. Es en este último aspecto, vinculado al fenómeno migratorio del último decenio, en el que ponen énfasis quienes ven en la inmigración la causa de sus males económicos, percepción que choca con el escenario dibujado por los análisis fundamentados en la estadística.
La apertura de los mercados, el traslado de la producción, la flexibilización laboral o los procesos de privatización, además de la inmigración, son algunas variables que explican el fenómeno, según un informe publicado en julio por el Banco de España. Con datos que abarcan desde 1970 a 2006, el trabajo se centró en Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Holanda e Italia, que suman el 90% del PIB agregado de la zona euro.
Desde principios de 1980, la pérdida de cuota de los salarios en la renta ha sido generalizada y rozó el 13% en esos países, con variaciones que se acercan al 3% en España y superan el 9% en Alemania y Austria, y el 7% en Holanda. Por sectores, la pérdida ha sido más pronunciada en los más abiertos a la competencia, con especial incidencia en el de maquinaria electrónica. Idéntica tendencia se ha observado en los servicios personales (hoteles, restaurantes, hogares con servicios domésticos…) y, de forma más clara, en el sector de la distribución.
Otro de los factores que se apuntan como causa de ese menor peso de los sueldos es la competencia de países como China en la fabricación de bienes manufacturados con bajos costes de producción. Frente a esto, los países de la zona euro se especializaron en productos de mayor calidad y diferenciación, lo que lleva aparejado una flexibilidad en el precio de la demanda y, consecuentemente, una menor participación de las rentas salariales en el valor añadido.
Asociado a la globalización es el proceso conocido como deslocalización, consistente en trasladar la producción a territorios con costes laborales más bajos. A ello se añade la introducción de mejoras tecnológicas en el ámbito laboral, que, sin embargo, no tienen tanta incidencia como la flexibilización de los mercados de trabajo mediante reformas y políticas de empleo que establecen recortes en las cotizaciones sociales y subsidios a la contratación de parados e inactivos. Esto, unido a la internacionalización de la producción, derivó en un cambio en las estrategias de los sindicatos, que se han ido centrando en la creación de empleo y en el mantenimiento de puestos de trabajo, en detrimento de las negociaciones salariales.
La privatización de empresas públicas figura también entre los factores influyentes en la reducción de los sueldos en la medida en que las privadas tienden a mostrar una mayor eficiencia productiva, fuente de un menor nivel de empleo y de una reducción de los costes laborales.
Es en este contexto en el que se produce un aumento de las migraciones, fenómeno reciente en España que posibilita la entrada en el mercado de trabajadores que se ven obligados a ocupar puestos de baja cualificación y remuneración.
No parece que sea este último, pues, el único ni el más sólido argumento para justificar la caída generalizada de los sueldos en la Europa del euro.

[Este post es resumen de un trabajo publicado por el autor en el suplemento Mercados de La Voz de Galicia de ayer domingo, 4 de noviembre]

Informe del Banco de España
Emigración-inmigración, ¿a quiénes beneficia?

5 comentarios:

Desesperada dijo...

pues enhorabuena por el reportaje de Mercados, un trabajo excelente, Guillermo. El análisis es impecable. Me he deprimido más de lo que lo estaba con mi vida de mileurista, parece que nunca terminará! bicos.

Viguetana dijo...

Me sumo a los parabienes de Deses.
:-)

Y sí, me temo que habrá que intentar no malgastar el poco dinero que ganamos. Las cosas no pintan demasiado bien.

Petonets

Viguetana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eifonso Lagares dijo...

He leído el artículo en la contraportada de Mercados de La Voz de Galicia del domingo.
Con tu análisis queda claro.

Un abrazo

Guillermo Pardo dijo...

Lamento que te haya deprimido más, Deses. Nada más lejos de mi intención. Hay que ser optimistas y pensar que no hay mal que cien años dure.
Gracias por vuestras visitas. Saludos y abrazos.