jueves, 24 de julio de 2008

No pensamos las palabras

Mientras tanto, nosotros en Europa retorcemos las palabras. Decimos retornos cuando son expulsiones. Llamamos extranjero al albañil e inmigrante de segunda generación al niño del vecino. Lo que necesitamos es definir lo que está pasando. ¿Cómo nombrar a la madre latina que ha perdido a su hijo en la guerra de Afganistán? ¿Madre de un inmigrante o de un patriota? Quizás desnacida, desparida o desahijada . No encuentro la palabra, pero sé que el guión que estamos escribiendo se llama derechos o exclusión.

El profesor Izquierdo Escribano dice que no encontramos palabras para definir determinadas realidades. Tiene razón, pero también creo que nos dejamos llevar por "oleadas", "avalanchas" y demás eufemismos con que simplemente construimos realidades lingüísticas sobre las que nos hemos acostumbrado a no pensar. Es más, no pensamos las palabras.
Si nos las dan hechas, mejor. Que otros escriban y piensen por nosotros nos da inmunidad intelectual para justificar la pereza moral instalada en nuestra insolidaria conciencia. Al menos, lingüisticamente insolidaria.

7 comentarios:

Fran Invernoz dijo...

Las palabras también pueden ser insolidarias, es cierto.

Anónimo dijo...

Hola, es la primera vez que paso por aquí.

Creo que ocurre un poco de las dos cosas: utilizamos muchos eufemismos (¿no es "eufemismo" también un eufemismo?) y, otras veces, no encontramos palabras para explicar qué pasa.

Alguien me dijo el otro día que cuando no eres capaz de explicar bien algo es porque no lo tienes claro en tu propia cabeza. Será eso...

entrenomadas dijo...

Que otros escriban y piensen por nosotros nos da inmunidad intelectual para justificar la pereza moral instalada en nuestra insolidaria conciencia. Bravísimo!

Guillermo, pero es que hay interés en que así sea, descafeinar, juzgar y apartar con eufemismos.

Y nos quedamos tan tranquil@s.

Bewsa,

M

Guillermo Pardo dijo...

Bienvenido Bernal: Creo que el alguien a quien te refieres tiene toda la razón y, en efecto, eufemismo es un eufemismo. Gracias.

Marta: ¿Qué puedo añadir? Agradecerte que estés ahí, siempre.

Saludos y gracias a todos.

Anónimo dijo...

Los eufemismos también las herramientas para crear imágenes colectivas interesadas que tratan de disminuir el impacto de políticas restrictivas, arbitrarias y claramente antidemocráticas.

No hay nada como vivir una temporada en un par de países de latinoamérica, para despertar ante la realidad y dejar atrás una visión eurocéntrica del mundo.

Acabo de descubrir tu blog, así que me suscribo por RSS.

Un saludo.

Julio Torres dijo...

Curioso, coido que cada vez usamos peor a linguaxe. Moitas veces ten a culpa a televisión (non hai máis ue ver o caso da TVG polo mal uso que fai do galego).

Non se me ocurre agora ningún exemplo sobre os eufemismos ós que te refires, pero hainos e bastantes.

Debería coidarse a linguaxe empregada, principalmente os xornalistas, pois seremos lidos ou escoitados.

Un saúdo, e lástima que non siga habendo o curso de ética periodística do mitico Juanjo de la Iglesia. Porque non se trata so de titulares equívocos, senón da linguaxe mesma.

Un saúdo, amigos
Carpe Diem

cristobal ramirez dijo...

Olvidais que, para bien y para mal, el lenguaje es también un instrumento (y a veces arma) político.