Dicen que quienes se incorporan al trabajo tras las vacaciones se sienten tristes, deprimidos, desganados, apáticos, débiles, angustiados, inapetentes, insomnes, con molestias musculares y gástricas, entre otros síntomas. Dicen que a eso se le llama "síndrome posvacacional".
Conozco a unos cuantos que se han quedado sin empleo y les gustaría sentir lo mismo. ¿Síndrome poslaboral?
12 comentarios:
O importante é ter traballo, o resto son gaitas.
Un saúdo, amigo
Carpe Diem
Es verdad! Guillermo esto es la leche.Más de uno quisiera sentir eso, y más ahora que dicen que ha subido la tasa de desempleo..Ayer todos enfermos hoy todos en paro!
Besos
Imagínate ya no los que se quedan sino los que llevan tiempo buscando y no encuentran...Y lo digo por experiencia propia
Andreotti decía que había algo que desgastaba más que tener el poder, y eso era... el no tenerlo. Gracias por tu mensaje, un saludo
Un post muy afortunado. Yo no he sufrido ningún tipo de síndrome postvacaciones porque estas vacaciones y casi todas las de mi vida tan sólo me he dedicado a estar en mi casa y seguir trabajando, con la única diferencia de no tener que levantarme temprano para venir a trabajar a la oficina. Es una pena, por un lado, pero por otro no tengo que sufrir todas esas “terribilísimas” consecuencia. Siempre me dio un poco la risa ese síntoma, con todos mis respetos para quienes lo sufren, por supuesto. La tolerancia por encima de todo. Bicos.
Hola Gullermo: creo que tenemos amigo/as comunes en Cambre, no?
Hay otra alternativa para evitar el síndrome... no tener vacaciones ;-)
Realmente, a mi no me da síndrome de nada la vuelta a casa. No me gusta volver de vacaciones, evidentemente, pero de ahí a deprimirme... Eso sí, como pille al desgraciado que lleva jorobándome la existencia con el anuncio ese de "vuelta al cole", lo desfenestro.
Es de un mal gusto terrible.
¡Si es que ya nos preparan para el síndrome desde pequeños!
Ahora en serio, como esto no mejore, la lista de los que no van tener "postvacaciones" va a crecer hasta el infinito... y más allá.
He vivido las dos. No obstante la que más recuerdo es el síndrome de vacaciones que tuve hace dos años después de haberme ido un mes. Por poco me pongo a llorar. También te agrego otra que incluso me da para inspiración fue el síndrome post fallecimiento: Hace tres meses cuando mi padre partió de estas coordenadas terrenales. Me senté en el escritorio y mis lágrimas rodaban y rodaban sin poderlas contener.
Un abrazo amistoso desde mi alma!
Francisco O. Campillo, no des ideas, majo, que las multinacionales pueden estar leyendo este blog.
Yo creo que el síndrome real, se tenga o no trabajo, es quedarse sin dinero.
Ignacio Camacho publicó en abc el 1de septiembre una columna que decía más o menos esto!
Os la recomiendo.
Aprecio que algunos habéis tenido experiencias duras, pero todos coincidimos básicamente es que es mejor tener que desear. Y tener vacaciones, Fran. Magapola dice que el verdadero síndrome lo produce el quedarse sin dinero, cuyo valor va mucho más allá, por lo que parece, del meramente crematístico.
He seguido la recomendación de m. obispo y he leído el artículo de Camacho en ABC. En efecto, es recomendable y ahí va el enlace:
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-01-09-2008/abc/Opinion/el-sindrome_804053728882.html
Gracias a todos por vuestras visitas y comentarios. Saludos y abrazos.
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