Extraigo la respuesta de Wyoming en la que explica el porqué del montaje:
No soy periodista en ningún caso. Periodista es un oficio, es una profesión. Yo trabajo en un programa de entretenimiento.
La idea surgió cuando llamaron 'puta' a mi compañera Beatriz Montañés. A mí me pareció fatal. Le dijeron: "¡Qué es eso de periodista! Eso será lo que le dices a tu madre cuando sales de casa, 'mamá me voy a la redacción', pero luego resulta que lo que haces tiene que ver con los oficios más viejos del mundo". (ver vídeo del minuto 04:30 al 04:48) [...] De todas formas no es una cosa que hago yo, es una cosa del programa.
Todo el rato nos critican. Siempre nos lo tomamos de cachondeo y les respondemos de cachondeo. Incluso esto también lo era.
Yo creo que esto no es un absoluto un desprestigio de la profesión, la profesión está desprestigiada desde la Teoría de la conspiración. Me gustaría saber qué piensa la Asociación de la Prensa de ella. Eso sí que es serio, no esto.
Nosotros teníamos un pacto de que si llamaban para verificar el vídeo decíamos la verdad, pero nadie llamó. [...] La idea era demostrar cómo trabajan y lo hemos hecho. [+ Soitu]Después de leer esto y de ver el vídeo que enlaza Soitu (lo de Intereconomía es absolutamente repugnante), uno se pregunta por qué los contendientes, que se acusan entre sí, no se denunciaron, privadamente, en el juzgado en lugar de convertir los platós en patios de disputas internas y personales, en lavaderos de trapos sucios y en lanzaderas de lindezas más propias de verduleras que de profesionales, o no, de lo que sea.
Las empresas de comunicación no deben permitir que sus estudios se conviertan en el corral de la Pacheca. Comunicar, divertir, entretener, informar no es insultar ni engañar, ni mucho menos utilizar a la audiencia como el césar utilizaba al público en el circo.
Lástima que el prestigio y la marca hayan perdido valor en beneficio del resultado. En eso, en el resultado, Intereconomía y La Sexta han ganado. Tienen más nombre y han subido en audiencia. El perdedor está del otro lado de la pantalla. El público. El convidado de piedra. El que jalea y el que no. Como en el circo romano. Salpicado por los gladiadores.
4 comentarios:
Guillermo,
Me he permitido la libertad de enlazar esta entrada con la que yo he dedicado a tan "absurdo" episodio. Desconocía la explicación del Gran Wyoming, pero confirma lo que pensé: confundir periodismo con entretenimiento contribuye, aparte de fomentar la confusión, a agravar la baja estima social que de un tiempo acá merecen (merecemos) los informadores.
Un abrazo.
La verdad es que no puedo opinar. Llevo dos dias intentando ver el vídeo en Youtube pero no es posible. Aún así, ¿alguien me explica a qué viene tanto protagonismo a esta noticia??
un abrazo
Félix: Yo nunca he tenido esa idea. Creo que sé discernir entre una cosa y otra. Frecuentemente nos olvidamos del contexto en que fue difundido ese vídeo (no lo fue dentro de El Intermedio), la intención con que fue grabado (tampoco dentro del programa El Intermedio y sí con la intención de engañar) y la impresión que causa en quien lo visiona fuera de ese contexto. Mi análisis y mi opinión se basa en eso. Unha aperta.
Emma: La respuesta anterior creo que sirve también para aclarar tus dudas. Para mí el interés reside en las cuestiones éticas que plantea, no en sus protagonistas.
Gracias por tu visita y tu comentario.
a mí todo este tipo de cosas me lleva a pensar, lo que vengo pensando ya de un tiempo a esta parte, cada vez más:
- que no podemos fiarnos casi de nada
- que los medios nos confunden como la noche a Dinio
- que hay mucha falta de seriedad en cualquier profesión
corren malos tiempos para la lírica.
esto es un sinvivir... guerras absurdas, un corral de la pacheca, como muy bien dices...
¡ay, menos mal que es viernes, que mañana dormiré hasta caerme de la cama y que tengo mi oporto al alcance de mi mano para olvidarme del mundanal ruido!
bicos,
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