lunes, 8 de junio de 2009

Créditos por la cara

El mundo ha cambiado una barbaridad, tanto que uno de los factores determinantes de las relaciones sociales, la confianza, ha caído en picado. Uno de los ámbitos en que esto es más evidente es el de la economía, hecho que ahora mismo no necesita explicación.
Era ayer prácticamente cuando nos recibían con los brazos abiertos en los bancos, donde hoy, sin embargo, a poco que uno se descuide, lo echan con cajas destempladas. Sorprendentemente, los créditos ya no se piden, se ruegan.
Hace unos años los cobraban caros, al 20% o así, pero los concedían y era posible hacer planes con ese dinero prestado con usura. Pero hubo incluso, en ese sentido, momentos mejores, como cuando a mediados del siglo pasado los bancos concedían créditos sin más requisito que la supuesta bonhomía del solicitante. Una persona llegaba a la sucursal, pedía una cantidad, el empleado lo miraba a la cara y, en función del aspecto y de si le infundía confianza, se lo concedía o no. Les llamaban "créditos faciales". Lo cuenta Luis Carandell en sus segundas memorias, Mis picas en Flandes.
Lo curioso es que, según él, el sistema funcionaba y contribuía al sostenimiento de la economía real. A lo que se contribuye actualmente, sin embargo, a es mantener la economía irreal, que no tiene fondo ni límites. Ni se le imponen.
Creo que todos añoramos los tiempos en que la confianza era un valor socialmente cotizable.

5 comentarios:

santi dijo...

Creo que la confianza en las personas sigue existiendo, lo que ocurre es que ahora es más difícil construir ese lazo.

Julio Torres dijo...

Moi boa a viñeta jajaja. E do que dis dos bancos totalmente dacordo Guillermo. Habería que darlle a comer da mesma menciña ós da banca...

Un saúdo, amigo
Carpe Diem

P.D.: Déixote unha observación sobre o artigo de Les Luhiers enviado a A Lareira Máxica por UN COLABORADOR. Por certo, son unha delicia esta xente!!!

Julio Torres dijo...

Quería dicir: "déixoche unha observación" e non "déixote". Foi un lapsus.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Guillermo Pardo dijo...

Santi: Claro que sigue existiendo confianza, afortunadamente, pero creo que podemos coincidir que la gradación ha variado mucho desde los años que recuerda Carandell.

Julio: Moito me temo que esa menciña íaos a deixar como están.

Saludos. Gracias por vuestros comentarios.