Podría contar la historia de una civilización alimentada por el maná de sus sueños, de una sociedad libre de pesadillas, de un pueblo servido de ambrosía divina, de individuos amamantados por la leche materna de su inocencia.
Podría hablar, en definitiva, de durmientes.
Y de eso quiero escribir.
De individuos que se nutren de los truncados sueños ajenos para inyectar su hiel en la miel de pueblos durmientes y transformarlos en civilizaciones obedientes.
La memoria y la historia están ahí para recordarnos que nunca los cuentos de lobos con piel de cordero tienen final feliz.
Cuando los nazis vinieron
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas
guardé silencio
porque yo no era comunista.
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas
guardé silencio
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas
guardé silencio
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas
no protesté
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos
no protesté
porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemöller
guardé silencio
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas
no protesté
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos
no protesté
porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemöller
2 comentarios:
Escribo este comentario a diez minutos de conocer los primeros datos oficiales, y el resultado de los "durmientes" es una de las cosas que más me preocupan.
P.S. La reflexión con la que cierras tu post siempre pensé que era de Bertolt Brech. He consultado en la Red y he comprobado que MIGRAMUNDO atribuye la autoría a quien parece que le corresponde. Un abrazo.
Confiemos en que los ·durmientes" no sigan aumentando. Unos pocos incluso nos vienen bien porque nos ayudan a activar las alertas.
Saludos.
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