Si cada persona es un mundo, probablemente existen tantas emociones como personas.
Para el escritor y filósofo noruego Jostein Gaarder -autor de una de las novelas más fascinantes y hermosas que he leído- la emoción más importante es el amor, y la peor, el miedo. Para mí, la más importante es el asombro, y la más inquietante, la angustia. Para el profesor, según Gaarder, la emoción más importante es la curiosidad, probablemente, en mi opinión, la madre de todas las ciencias.
Uno de los motivos por los que hay tan poca predisposición a la ciencia entre los jóvenes es porque los profesores no estimulan su curiosidad, no son, como dice Jostein, buenos contadores de historias, sino, digo yo, simplemente malos profesores. La televisión les ha ganado la partida.
Yo he podido entender aspectos claves de la literatura del siglo XVII gracias a buenos profesores como Sagrario López Poza, pero he tenido que entender el romanticismo y el naturalismo sin apoyo alguno a causa de malos profesores como Fidel López Criado, paradigma de incompetencia académica.
Supongo que la emoción más importante para un profesor, para un buen profesor, es sentirse agradecido por sus alumnos.
3 comentarios:
Para min, profesora, non é sentirse agradecido, é sentir que el@s realmente aprenden algo para a vida, que o lembrarán e o terán en conta. Sentir que pos un gran de area para que sexan mellores persoas...
Hola! me parece que lo mejor que puede despertar un profesor en sus alumnos es, además de curiosidad, un pensamiento propio, para que no se dejen dominar por nadie..
te esperamos en nuestro blog, un abrazo!
Por partes:
De acuerdo en lo de los profesores. Estimular casi es más importante que enseñar porque lo que te hacen aprender en las clases suele olvidársete, en cambio, las ganas de saber siempre permanecen.
Tuve una fabulosa profesora de literatura, de lo mejor:
Laura Tato Fontaíña, nada en Vigo no ano 1951, é unha estudosa da literatura galega e especialista en teatro.
Doutora en Filoloxía Galego-Portuguesa e, actualmente, é profesora titular das Facultades de Filoloxía e Humanidades da Universidade da Coruña. Reside en Ferrol. Está especializada en teatro galego, sobre todo no da etapa anterior á Guerra Civil.
Siempre la recuerdo con un cariño y una admiración enormes. Estaba enamorada de ella, de su halo (en el buen sentido de la palabra). Su marido es desde hace años mi ginecólogo, que gracia, quien me lo iba a decir a mí entonces. En clase de literatura de 3º de BUP éramos 6 chicos y sus clases eran charlas más que clases.
Respecto al libro: No he podido con él. Hace muchos años que lo empecé y llegué a la mitad. No sé qué me pasó. Siempre me digo que tengo que volver a intentarlo. Y diciendo tú eso, mayor motivo.
En fin, misterios.
bicos,
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