España es un país tocado por la mano de la fortuna, un crisol de bienaventuranzas en el que sólo es infeliz quien quiere.
Hay muchos motivos para ser feliz en España. Por ejemplo, cocinamos la mejor tortilla del mundo, gastamos más que nadie en fichajes futbolísticos, tenemos el mayor porcentaje de bares per cápita de Europa, Zapatero nos ha alzado al octavo puesto del ránking económico mundial (con Aznar seríamos la tercera potencia económica gracias a la sangrienta foto de las Azores), somos el pueblo con mayores perspectivas de envejecimiento del mundo, tenemos un campus universitario en cada provincia, aeropuertos internacionales en cada ciudad y paradas de tren de alta velocidad en cada pueblo. ¿Qué más se puede pedir?
Con todas estas ventajas no debe extrañar que en este país no se aprecie la excelencia intelectual, salvo en ámbitos muy informados. ¿Para qué la necesitamos? Tener desaprovechadas a cerca de medio millón de personas con altas capacidades no nos impide disfrutar de los mejores espectáculos taurinos del mundo, ni nos quita el sueño que sólo uno o dos de cada cien niños superdotados reciban estimulación y ayuda para desarrollar su talento. Tampoco nos preocupa la falta de protocolos de actuación en la escuela para esta clase de alumnos aventajados, aunque sus padres tengan que vivir calvarios administrativos para que los adelanten de curso, ni que luego se marchen al extranjero a formarse y a trabajar y contribuyan a competitividad y a la excelencia científica de los países más desarrollados. Nosotros ya nos sentimos satisfechos con la competición de Fernando Alonso, el glamur de Cristiano Ronaldo o los goles de Leo Messi.
Estos chicos, la mitad de los cuales fracasan académicamente por la falta de motivación, el abandono y la desidia de las administraciones públicas, el desconocimiento y la indifirencia sociales, no son en realidad superdotados, sino superabandonados a los que luego se trata de recuperar con programas que los propios interesados rechazan por insuficientes, cuando menos.
Superdotados: al este de la campana de Gauss es un documental de TVE en el que se explica muy bien la triste realidad de los niños superdotados y superabandonados en España. El reportaje nos permite conocer a Ena y su historia.
Fascinante, impresionante... frustrante.
9 comentarios:
El inicio de tu post me ha recordado una frase, creo que era de Tip:
¡Qué suerte haber nacido en España! Sobre todo porque no me sé otro idioma ;-)
Sobre el resto, no puedo estar más de acuerdo contigo. Parece que prefiramos igualarnos por lo bajo que exprimir las capacidades de cada cual. Y así nos luce el pelo.
Desde hace ya muchos muchos muchos años, la Administración yla clase dirigente españolas se han "especializado" en desaprovechar potencialidades naturales, incluidas las de los humanos que habitamos el país.
El desprecio por las habilidades y por la inteligencia de las gentes es proverbial, desde el colegio hasta las empresas. El ¡que inventen ellos! sigue vigente...
Guillermo, deixeiche algo para ti en A Lareira Máxica.
también vi el progrma y no entiendo porque no se regula para aprovechar ese talento y no crear infelices
Vi una parte del documental y recordé que en mi familia hay dos casos absolutamente malogrados de niños superdotados.
Una lastima.
K,
Marta
Hola Guillermo
Sobre el tema, no dejéis de ver estos dos videos. Deliciosos
http://www.youtube.com/watch?v=1rYVMMkmJJI&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=6OkKRf4HrUA&feature=related
Un saludo. Álvaro
Guillermo: Supoño que estás de vacacións, amigo. Pero volta, que nos tés, permíteme que parafraseo o título do post, superabandonadaos en cantos a artigos. E os teus artigos reflexivos provocan síndrome de abstinencia se se deixan de ler!!!!. Agardo que todo ben e que as vacacións tamén.
Saúdos máxicos, amigo
Carpe Diem
Guillermooooo!!!!!!!!!!!!!!!!
Superabandonados estamos nós!!! Espero que regreses axiña, que preciso das túas de reflexion sútiles.
Un abrazo amigo, e espero que todo ben.
Carpe Diem
Estuve de vacaciones, en efecto, y me daba pereza escribir. ¡Se vive tan bien sin hacer nada!
Gracias por estar ahí y gracias al Anónimo por los enlaces.
Apertas.
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