sábado, 12 de febrero de 2011

El jacuzzi no forja revolucionarios

Es admirable, incluso asombroso, lo que está ocurriendo en Egipto. Y más asombroso aún es cómo está ocurriendo. Que hasta ahora no haya habido derramamiento de sangre puede parecer insólito, "impropio" de civilizaciones modernamente tan atrasadas.
La revolución egipcia es una lección de urbanidad, un ejemplo inimaginable de ciudadanía para el más convencido enciclopedista y una solución impensable para muchos pueblos europeos. España estuvo gobernada por un dictador durante 40 años -Mubarak resistió 30, comparativamente conviene recordarlo-, que dejó de serlo el día en que dejó de respirar, sin revolucionarios que lo atormentasen ni ejército que le diese la espalda.
Han cambiado los tiempos, pero las actitudes persisten. En los últimos años hemos sido víctimas impasibles de una gran estafa de escalas planetarias, que desde los círculos de poder se nos ha empaquetado y vendido como una gran crisis que "nadie" ha podido prever, pero que otros pagamos a precio de platino. Y hasta parecemos encantados, dado que ya no sólo no derribamos gobiernos ni mercados, sino que, además, los financiamos.
¿Y qué recibimos a cambio? Un gran jacuzzi, metafóricamente hablando.
Los estafadores saben muy bien que el hedonismo no forja revolucionarios.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Llevo diciéndolo mucho tiempo, pero desgraciadamente en España hasta la clase obrera esta aburguesada. Y es que los buenos tiempos pasados aburguesan al más revolucionario.

Guillermo Pardo dijo...

En efecto, Nicolás, es el signo de los tiempos.
Gracias por la visita y el comentario. Saludos.

entrenomadas dijo...

Joer, qué bueno, Guillermo.

El final del texto es redondo. Siempre acabo llevándome tus artículos por esos latigazos que acabas dado en ellos.

"Los estafadores saben muy bien que el hedonismo no forja revolucionarios".

Me quedo este final.


K,

Marta