Creo que fue García Márquez quien dijo aquello de que si los pobres cagasen oro (con perdón), no tendrían culo. Estoy convencido de que así sería.
Hay muchos ejemplos que confirman esta teoría, que Gabo aceptaría como propia si no lo fuese. Un caso bien claro salta hoy a la última página de La Voz de Galicia, en la que se nos cuenta cómo una familia se quedará sin hogar porque una sentencia judicial así lo ordena. Claro que en Vigo, la ciudad donde se vive este drama, hay hasta ¡4.000! viviendas afectadas por decisiones de la judicatura que implican derribo, entre ellas las dos torres Ifer, de diecinueve plantas cada una. Esas, y otras muchas, no se han demolido todavía, ni se demolerán. Pero a esta humilde familia le ha tocado torear con la parte ciega de la Justicia, incluida la municipal, aquella que mira hacia otro lado cuando quien reclama no tiene fuerza suficiente como para que se le tenga en cuenta, como a los cuatro mil restantes.
El concejal de Urbanismo (¿adivináis de qué partido es?)lo justifica diciendo que la demolición de esta humilde casa familiar de ¡sólo 45 metros cuadrados! se efectuará el próximo sábado porque hay sentencia en firme, mientras que las demás se mantendrán en pie puesto que los recursos correspondientes están pendientes de resolución.
El contencioso de las torres Ifer lleva años pendiente de solución. No es deseable que se derriben esas viviendas porque sus habitantes se quedarían en la calle. Lo deseable sería que quienes permitieron en su momento tamaño despropósito cargasen con el peso de la ley, aunque visto el caso de la familia Dasilva-Amorín creo que bien podrían con él. ¿Os imagináis que a alguno de nosotros nos ocurriese lo mismo porque el tejado de nuestra casa se saliese un poco del proyecto?
Lo dicho: si la mierda (con perdón nuevamente) fuese oro...
[Imagen de Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio]
[Torres Ifer de Vigo]
1 comentario:
Y aún así, siempre espera uno justicia. Saludo.
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