martes, 3 de abril de 2007

Educa, que algo quedará

Pregunta Félix Soria en Im-Pulso: "¿Si se critica a los partidarios de aplicar políticas de inmersión lingüística en EE UU en favor del inglés --que es el único idioma oficial del país--, cómo se puede al mismo tiempo defender sin matices la inmersión lingüística de los inmigrantes que se establecen en Barcelona, San Sebastián, Vigo o Valladolid?".
La actitud de esos defensores de la inmersión lingüística sin matices de que habla Félix sólo puede entenderse, bajo mi punto de vista, desde la incomprensión y la intolerancia. Lengua y religión suelen ser dos astillas de la misma madera que los leñadores del arbolado humano están empeñados en clavar como cuña en vena, sin comprender que lo que hoy se impone mañana puede ser cobrado con el peaje de la violencia.
Falta sentido común e interés por conocer lo desconocido, como faltan, por todavía insuficientes, ejemplos que siembren el camino de educación y concordia para recoger los frutos de la generosidad, virtud, por cierto, que considero innata pero necesitada de autoestima.

[Imagen tomada de Google]

1 comentario:

Anónimo dijo...

EStoy completamente de acuerdo con usted. La integración de esas gentes, al menos de los más jóvenes, debería comenzar por la inmersión en el sistema educativo del país, forma no sólo de aprender la cultura y la lengua, sino también de relacionarse con sus nuevos vecinos.