lunes, 11 de junio de 2007

Arnaldo Otegi no es Gerry Adams

Tuvo su gran oportunidad, pero no la aprovechó y acabó con sus huesos en la cárcel.
Arnaldo Otegi fue incapaz de aunar voluntades en el entorno abertzale ni pudo llevar a buen puerto su propuesta de encauzar las negociaciones sobre la base de la llamada “doble mesa”: la política, en la que los partidos, incluidos los no participantes en el pacto de Lizarra, discutieran el futuro de Euskadi (la adhesión de Navarra y la independencia vasca quedaban al margen, términos asumidos ya por la banda terrorista y su brazo político), y la técnica, en la que Gobierno y ETA debían alcanzar un acuerdo basado en paz a cambio de presos.
Arnaldo Otegi fue incapaz de mantener el pulso negociador y de imponer una hoja de ruta a la banda terrorista, como ésta se encargó de demostrar el 30 de diciembre pasado con la bomba en la Terminal 4 de Barajas que costó la vida a dos personas. Una vez más, ETA marcaba su propia hoja de ruta y dejaba en entredicho a sus representantes políticos.
Arnaldo Otegi fue incapaz de hacer entender a los pistoleros que la participación parcial de ANV en las últimas elecciones municipales fue un gesto político lo suficientemente importante y generoso como para mantener el alto el fuego permanente.
Arnaldo Otegi fue incapaz de transmitir a sus aliados que en un Estado de derecho, de cuyas reglas se aprovechan y con las que quieren jugar según sus particulares conveniencias, el legislativo y el judicial, aún con todas sus imperfecciones y contradicciones, son poderes independientes que no pueden ni deben permitir que los asesinatos queden impunes ni los asesinos sin castigo.
Arnaldo Otegi fue incapaz de comprender que si Zapatero no puede ser Tony Blair, a quien sugirió que emulase en carta enviada al presidente en enero de 2005, él tampoco puede ser Gerry Adams. Del mismo modo que Irlanda no es el País Vasco.

Foto: Efe

Perfiles: Arnaldo Otegi Gerry Adams
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