La directiva comunitaria de retorno de inmigrantes en situación irregular es uno de los textos legales más polémicos de los últimos años en Europa, como ya he comentado anteriormente.
Las discrepancias y las medidas de presión se suceden en los últimos días. Al manifiesto suscrito en Canarias por varias organizaciones se unen campañas dirigidas a los grupos políticos con representación en el Parlamento Europeo para que rechacen semejante normativa, conocida como "directiva de la vergüenza", porque socava el derecho fundamental de las personas a garantizarse un futuro mejor para sí mismas y sus familias. Un futuro, por cierto, que está siendo condicionado desde hace tiempo por las políticas de los mismos países que ahora pretenden cercenar esos derechos.
En un post de otromundoesposible se ofrece la posibilidad de dirigir un correo a los grupos parlamentarios europeos, cuyo texto dice: "Con este correo, le hago llegar mi total rechazo al proyecto de directiva comunitaria de retorno de inmigrantes por ser un claro retroceso democrático y por entender que viola determinados artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos".
Basta con presionar sobre un icono para hacer llegar el mensaje.
5 comentarios:
Sí, pero estaremos de acuerdo que hay que regularizar. Es decir, tener una política de admisión de inmigrantes, la que sea. Porque ya estamos asistiendo, y no sólo en Andalucía, Cataluña y Madrid, al crecimiento del sentimiento xenófobo.
No consigo entrar en la página de Otro mundo es posible. Lo intentaré más tarde.
Prefiero hablar de redistribución y de justicia y de reconocimiento y de muchas otras cosas.
Regularizar, sí, pero ¿empezamos por las empresas europeas que acampan por sus anchas en países africanos?
Y tantos desmanes que provocan desequilibrios.
En fin... cómo si a la gente le gustara salir de sus países, de sus hogares, de su cultura.
Y eso de pasarse la Declaración Universal de los derechos humanos por la cartera me parece ya de escándalo.
Buenos días y bicos
M
Deberíamos reflexionar sobre un hecho muy curioso. Los occidentales, y los europeos en particular, pregonamos la libertad de mercado y la libre competencia como el gran hallazgo de la historia de la humanidad y, sin embargo, luego blindamos nuestras fronteras y mercados con aranceles que impiden el desarrollo económico del llamado Tercer Mundo. Con una libre competencia real, a lo mejor África tendría una oportunidad de competir, crecer y no tener que emigrar a la desesperada para sobrevivir.
Creo que los brotes xenófobos se pueden erradicar con información y conocimiento, no con políticas que priven a las personas de sus derechos y... de su libertad, como propone la directiva europea de retorno en algunos de sus artículos. Tratar de delincuente a un inmigrante indocumentado es, además de injusto, desproporcionado. Un delincuente es otra cosa, cuya definición es aquí innecesaria. Coincido plenamente con el comentario de Luis, en el que se dicen cosas que están en la raíz del problema.
Gracias y saludos.
Coincido con Luis, nos jactamos de la globalización, con un mundo rico que parte de la pole position y se defiende a codazos y zancadillas.
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