En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño, arrepentido, le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
La oveja negra. Augusto Monterroso
2 comentarios:
Cualquiera diría que Monterroso hablaba de España. :-) saludos
Puede ser que la fábula esté inspirada en episodios ocurridos en España, pero a mí me parece universal.
Saludos. Gracias por tu comentario y felices fiestas.
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