sábado, 10 de enero de 2009

Pompas de jabón

Anoche tuve un sueño en el que las guerras se hacían con silencios.
El griterío de la mudez ensordecía mis tímpanos y del cañón de mis ojos salían disparadas húmedas bombas cargadas con trilita de incienso. Era una guerra tan placentera que sucumbir al armisticio habría supuesto despertar de bruces contra una pesadilla.
Fingía morir a cada instante para sentir el algodón de las balas besar mis labios con la misma parsimonia con que la sordera de Beethoven tableteaba corcheas sobre el campo minado del pentagrama.
En mi sueño la tortura era una amante sometida a la infantil presión de un pulgar dormido en la boca, y la más grave herida, un soneto de Góngora.
Si la vida fuese sueño, en el mío las guerras serían lejanos recuerdos durmientes en las catacumbas del silencio.
Si la vida fuese sueño, en el mío israelíes y palestinos no serían más que brillantes y silentes pombas de jabón.

Imagen: Alistair Magnaldo

4 comentarios:

Francisco O. Campillo dijo...

Y esta mañana, has compartido tu sueño con nosotros. Gracias por ello.

entrenomadas dijo...

¿Dónde dices que se compran esas pastillas de sueños?
Quiero una decena, please.

Besos,a

Marta

matrioska_verde dijo...

¡¡me he quedado muertita!! pero de mentira, eh!...

el texto es... me ha llegado... y del mensaje ¿qué decir que no se haya dicho ya?

biquiños,

Guillermo Pardo dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Besos y abrazos.