viernes, 2 de enero de 2009

Solbes pierde "solbencia"

El ministro de Economía dijo anteayer una cosa y ayer dijo otra. Probablemente, en un caso habló con el corazón y en el otro con la cabeza.
O viceversa.
El día de los inocentes ha quedado atrás y la resaca de las fiestas navideñas no suele dar para tanto en señores tan sobrios, por lo que debemos suponer que el señor Solbes ni nos quiso hacer una inocentada ni se pronunció bajo los efluvios de la noche más alcohólica del año.
Tristemente, el solvente experto en economía pierde "solbencia", víctima del maremágnum de despropósitos en que nos han sumido los responsables de la mayor estafa de la reciente historia de la humanidad.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Solbes pinta muy poco en la crisis economica y lo que es peor, pinta menos lo que pueda hacer por si mismo.

Guillermo Pardo dijo...

De acuerdo, pero lanzar mensajes sin tener en cuenta lo que has dicho es preocupante y caótico. Un sinsentido.
Gracias por tu opinión. Saludos.

Anónimo dijo...

El silencio de los corderos.

Media Europa desabastecida de gas en medio de un temporal de frío polar por una decisión política del Sr. Putin.

Por lo que se ve, no pasa nada, con nosotros no va la cosa. Seguimos teniendo calefacción y agua caliente.

Después de los recientes comentarios y reseñas publicados en éste blog con motivo de las especulaciones informativas sobre la venta de Repsol a la rusa Lukoil, echo de menos algún post, comentario o información al respecto.

Después de la intervención del gobierno ruso en la compañía gasística Gazprom, dejando a media Europa sin gas en medio de temporal de frio polar, echo de menos la defensa del libre mercado y la defensa de la venta de Repsol a los rusos que hacían algunos comentaristas.

No sé si los que veían la operación como una operación absolutamente normal dentro del libre mercado sin connotaciones políticas ni riesgos de ningún tipo siguen creyendo que una empresa rusa es equiparable en cuanto a objetivos y estrategias a una empresa europea.

No sé si siguen pensando que la venta de Repsol a la rusa Lukoil es una opción tan inofensiva como otra cualquiera.

¿Que piensa el Sr. Pardo o el Sr. Soria acerca del corte de suministro de gas a Europa por parte del Sr. Putin?

¿Piensan que también forma parte de una estrategia de libre mercado, de "economía pura"?

Saludos.

Guillermo Pardo dijo...

Peter Pan:

Creí haberme expresado claramente acerca del asunto que usted me recuerda ahora, en clara actitud de reproche.Para mejor guiarnos, he aquí el único post que escribí al respecto:

http://migramundo.blogspot.com/2008/11/compran-luego-venden.html

Como puede comprobar, yo no he defendido el libre mercado ni la venta de Repsol a los rusos. Tampoco he dicho que sea una operación absolutamente normal, que no tenga connotaciones políticas ni riesgos. Ni siquiera he dicho que las empresas rusas sean equiparables a las europeas, como tampoco he dicho que la operación de venta de Repsol a Lukoil sea inofensiva. Y lo de "economía pura", que sí dije, es una referencia entrecomillada a un término utilizado sarcásticamente por el profesor Barreiro Rivas en el artículo que yo enlazo, que me temo no se leyó usted. Todo lo anterior no lo dije yo, sino usted.

Lo que yo dije está muy claro en el post: hay comprador porque hay vendedor. Si usted, señor Peter Pan, fuese frutero, vendería manzanas porque alguien se las compraría. ¿Cierto? Bien, dicho eso le pregunto: ¿pondría usted un cartel en la puerta de su tienda que dijese: 'Vendo manzanas, excepto a...' (añádale lo que quiera)? En caso de que hiciese eso, su mercado no sería libre y se vería, probablemente, muy limitado. (Por ese motivo, el mercado financiero no rechazó, en principio, la supuesta oferta de Lukoil por el 30% de Repsol, un porcentaje que, por cierto, no permitiría a los rusos hacerse con el control del consejo de administración).

Eso fue, en esencia, lo que dije. Y añado ahora: los Estados no deberían privatizar empresas que pueden resultar vitales para su futuro, pero el Gobierno español privatizó Repsol. Por lo tanto, tiene que ser consecuente con las leyes, propias e internacionales, y respetar las que regulan el mercado. Nos guste o no. Personalmente, no me gustan, por la misma razón que, deduzco por su comentario, no le gustan a usted. Y es el mercado y sus normas los que impiden a los Estados interferir en las operaciones financieras privadas. Por eso dije y digo que el de Lukoil y Repsol es un avatar más de la ley de la oferta y la demanda, un comprador que quiere comprar a alguien dispuesto a vender. Dicho eso, también le digo que si yo fuese Repsol no querría venderle a cualquiera. Y ahí es donde me parece que sí hay que tener en cuenta parte de las cosas que usted argumenta, moralidad incluida. Es como prostituirse, que es otra forma de venderse.

Espero que le quede clara mi postura y sepa excusar la extensión de mis explicaciones. Por otra parte, permítame hacerle, respetuosamente, una aclaración en cuanto a mi modo de proceder y que usted también me reprocha: escribo de lo que quiero, cuando quiero o puedo y de lo que me parece opinable o tengo opinión. Por eso gestiono un blog. ¿Se ha dado cuenta de que, por ejemplo, todavía no he escrito sobre la masacre israelí en Gaza? ¿Cree usted que estoy obligado a hacerlo?

Gracias por visitarme y por su opinión. Un saludo.

Anónimo dijo...

Reconozco que aunque no exista ningún tipo de animadversión o prejuicio, no soy visitante asiduo de su reputado blog y en aquellos que sí visito con regularidad, la discrepancia, incluso la discusión, siempre dentro de una mínima corrección formal, son toleradas, consentidas e incluso fomentadas como cosa natural.
Quizá debido a ello y a mi torpeza dialéctica se vea como una actitud de reproche lo que no pretendía ser sino una actitud de debate.

En ese presunto debate, más o menos intelectual, en el que pretendo moverme (lejos de disputas de cariz visceral, que por edad me vienen grandes), el ejemplo que usted me señala me parece muy oportuno. El frutero, evidentemente trata de vender el máximo de fruta y obtener el máximo beneficio de ello. Eso no sólo es lícito, sino que es de sentido común.

Pero del mismo modo que el frutero vende fruta y no fruterías, Repsol vende derivados del petróleo, no empresas estratégicas. Es evidente que si al frutero le interesa, pondrá en venta su frutería, pero nadie garantiza a la comunidad en la que presta servicio que el nuevo dueño (con un 30% de acciones Lukoil sería el amo en una empresa cuyo 70% estaría disgregado en manos de pequeños accionistas sin capacidad operativa alguna), vaya a seguir vendiendo fruta, o por el contrario ponga un bar de copas, un lupanar, o acaso le dé por dejar el local cerrado; máxime cuando la reputación y las obras del nuevo comprador le preceden.

La comunidad se quedaría sin frutería, al tiempo que se le colaría de rondón un negocio molesto, conflictivo o insalubre.
En cualquier caso, la comunidad habría perdido un valor que costó años y mucho esfuerzo levantar y habría ganado un enemigo en casa.

Me sigue llamando la atención, chocando e incluso preocupando el pasotismo que el tema de Gazprom y el tema Lukoil genera en todos los ámbitos de nuestro país, porque, efectivamente me recuerda el silencio de los corderos y si me lo permite, desde el mayor de los respetos, le diré que me parece una ingenuidad asegurar que nos guste o no, debemos respetar las normas que regulan el mercado cuando para esas normas no existe el principio de reciprocidad. La cosa es que, ni usted, ni yo ni nadie de nuestro país puede comprar acciones de Gazprom ni de Lukoil sin la autorización del gobierno ruso.

Que en los blogs se traten los temas que el gestor quiere es algo tan obvio que huelga; como quizá también huelguen en muchos de ellos, más de lo que sería deseable, los comentarios discrepantes o simplemente no complacientes.

De cualquier manera, gracias por su respuesta.
Un saludo.

Guillermo Pardo dijo...

Peter Pan:

Me alegra y satisface saber que en su primer comentario no había asomo de reproche a mi libertad de escribir u opinar sobre este u otros asuntos.

En cuanto al tema que nos atañe, estoy, en general, de acuerdo con usted, pero sigo insistiendo en lo mismo. Todo lo que usted argumenta sobre la posible compra de Repsol por Lukoil lo sabían quienes privatizaron la petrolera española, que corre así el riesgo de ser absorbida por cualquier otra, incluso de capital "dudoso". Para evitarlo, a mí sólo se me ocurren dos soluciones: nacionalizarla, de lo que yo estaría encantado, o no venderla si el comprador estima, y esto me parece clave en este asunto concreto, que no debe hacerlo a quien pretende adquirírsela. Y aquí entramos en el ámbito de la moralidad del frutero, aspecto éste al que ya hice referencia ayer. De momento, parece que se ha impuesto la segunda opción.
En cualquier caso, nada importa lo que yo opine, sino lo que consideren los propietarios de la empresa, los accionistas. A esos, como usted bien sabe, la "moralidad" en los negocios les trae al pairo.

Por otra parte, el 30% de Repsol no le daría a Lukoil mayoría alguna en el consejo de administración, puesto que ese 30% no supone más que el 10% de los votos representados en dicho consejo. Es decir, el valor de la representación no es porcentual, sino ponderada. La mayoría absoluta la ostentan todavía las entidades financieras españolas. Y digo "todavía" porque, como bien sabe, eso fluctúa casi tanto como los precios del combustible, y a los bancos les gusta mucho comprar aquí y vender allá.
A mayores, las leyes comunitarias impiden y castigan los obstáculos a la libre competencia (acuérdese de los problemas que tuvo el Gobierno español con la UE por el caso Endesa), como no puede ser de otro modo en el mercado libre.

De todos modos, estoy seguro de que empresas consideradas estratégicas no caerán nunca en manos indeseadas. ¿Por qué estoy tan seguro? Por el mismo motivo que La Caixa y Caja Madrid recularon en su intención inicial de vender a Lukoil su participación en Repsol. Pero eso no tiene nada que ver con el mercado libre. Y, desde luego, mucho menos con la "moralidad".

Reciba un cordial saludo.