El caso de la farmacéutica Pfizer en Nigeria no es aislado, sino uno de los muchos negativos de las multinacionales del sector, auténticos gigantes con un poder omnímodo obtenido a fuerza de prescindir de escrúpulos.
De hecho, se habla incluso de una mafia farmacéutica. Nada sorprendente en un sector que espera facturar este año del orden de los 640.000 millones de euros, negocio superior al de la venta de armas o las telecomunicaciones. Por cada dólar invertido en la fabricación de un medicamento, se obtienen mil en el mercado.
Su atomización hace que sólo 25 corporaciones se lleven la mitad de las ventas. Las seis principales -Bayer, Novartis, Merck, Pzifer, Roche y Glaxo- incrementan sus multimillonarios beneficios anuales en sectores en los que, como el químico o el biotecnológico, son también punteras.
No sólo Pfizer está y ha estado en el ojo del huracán. El caso de Merck y su analgésico Vioxx fue muy difundido por la popularidad del medicamento, al igual que el envenenamiento de 24 niños peruanos achacado a un producto de Bayer. La historia del medicamento está llena de letales ambiciones fomentadas por el lucrativo negocio de la salud.
Lo peor de todo es que las prácticas dolosas y mafiosas de las compañías farmacéuticas son sobradamente conocidas y están ampliamente documentadas, pero son todavía escasa, rigurosa y legalmente perseguidas. De ahí que el Vioxx de Merck fuese retirado, voluntariamente, del mercado ¡cinco años después! de su salida al mercado y de los estudios e informes que lo relacionaban con ataques cardíacos y apoplejías. Para entonces, la vaca ya había dado la leche que cubría y superaba la inversión.
Como señala Carlos Machado en su extenso y documentado informe, la nueva forma de poder llamada farmacocracia determina qué enfermedades deben ser investigadas y qué enfermos curados, puesto que el 90% del presupuesto dedicado por la industria a la investigación y desarrollo de nuevos fármacos está destinado a enfermedades que padecen sólo el 10% de la población mundial. La codicia, los aranceles, la burocracia y la corrupción propician que 2.000 millones de personas no tengan derecho a la salud.
En África, Asia y América Latina mucha gente padece "enfermedades olvidadas" como el dengue, la filiasis linfática, la oncocercosis, el mal de Chagas, etc., que afectan a 750 millones de personas y acaban con medio millón cada año. Son enfermedades causadas por parásitos y transmitidas a través del agua en mal estado o por picaduras de mosquitos, enfermedades bien localizadas e identificadas, pero que, como quienes las padecen, caen en el olvido porque sólo afectan a las comunidades más pobres, sin dinero para pagarlas.
Lo mismo ocurrió con el sida al principio, cuando era un desconocido. En cuanto comenzó a ser visible en Occidente, de mortal ha pasado a ser una enfermedad crónica, gracias a la investigación farmacéutica y a quien puede pagarla.
Lo feo del asunto no se queda ahí, puesto que las multinacionales, como en el reciente caso de Pfizer, son acusadas de emplear el Tercer Mundo como gran cobaya para sus experimentos, de aprovecharse de la ignorancia, la necesidad y la debilidad de sus habitantes para ampliar beneficios mediante la reducción de costes y el uso de la población como conejillo de Indias.
Si la salud tiene que ser un apetitoso negocio, que no debería, debería serlo al menos para todos.
7 comentarios:
y pensar que la formación e investigación médicas van a depender de la financiación de las farmacéuticas....
Dios Mío, menuda mafia....
E despois está o tema dos beneficios económicos, que son máis importantes que a saúde. ¿Por qué os diferentes gobernos do mundo non son loitan contra estes abusos empresariales que so pensan en encher os petos a costa do que sexa? Amigos...poderoso caballero es don dinero. Unha mágoa.
el artículo me hace pensar en la película "El jardinero fiel" que justo trata este tema tan aberrante.
biquiños.
ojalá no hubieras escrito este post porque no hubieran existido tales prácticas.
Y así llevan decenios... Es la "civilización".
Es el "Tercer hombre" siempre dispuesto a hacer negocio y la salud lo es. Hablamos de criminales, criminales que acampan por países y hacen lo que les da la gana.
Agggg
Gracias por vuestros comentarios. Disfrutad de estas minivacaciones.
Abrazos
Da miedo lo que cuentas. En Africa utilizan a la gente como cobayas para probar medicamentos. Al final caigo en la cuenta de que la libertad (de expresión, de acción, de elección)es una quimera y estamos todos controlados y teledirigidos por unos pocos...
Disculpa el desvarío,
un abrazo compungido
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