miércoles, 6 de mayo de 2009

Más épico todavía

La épica humana no tiene límites y el heroísmo con que algunos la afrontan, tampoco. Heroísmo en el sentido clásico del término, no en el moderno que por arte mediático convierte en "héroe" al que pasa por allí.
El emigrante europeo de hoy viaja cómodamente en busca de Eldorado. Su épica es mullida. La verdadera épica "levita", sin destino cierto, sobre mortajas marinas que, por irónico efecto metafórico, viene a ser algo así un castigo por huir de la tierra a la que, bíblicamente, se ha de volver.
Si épico es atravesar el Estrecho hacinado en un cascarón, el summun de la épica debe ser, de momento, "viajar" desde Etiopía, Somalia o Eritrea a Estados Unidos, pasando por Sudáfrica y atravesando el Atlántico, el sur y el centro de América.
Me cuesta trabajo imaginar algo más épico.

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