viernes, 18 de diciembre de 2009

Tan jóvenes y tan invisibles: no son Berlusconi

Inmigrante, mujer, menor de 18 años y sin un adulto que se haga cargo de ella. Ese es, según la Fundació Pere Tarrés, el perfil que caracteriza en Cataluña a los menores extranjeros socialmente invisibles.
Un estudio realizado por esa entidad indica que casi todos los menores inmigrantes no acompañados entrevistados tomaron individualmente la decisión de dejar su país, y sólo en el 5% de los casos esa decisión tuvo carácter familiar como estrategia para proteger a los hijos, para mejorar la situación económica familiar o bien para invertir en el futuro del menor.
Aparte los económicos, sociales y políticos, se detectado un nuevo motivo que impulsa a los menores a emigar, especialmente a las chicas: huir de una situación familiar de conflicto. Dentro de los motivos para mejorar socialmente se ha detectado otra variante: la emigración como estrategia para triunfar deportiva o artísticamente. Se han estudiado diferentes casos de menores que llegaron a Cataluña como atletas, bailarines, karatekas o futbolistas (el informe recoge el caso de dos chicos de Camerún que llegaron a Europa para jugar un partido de fútbol y decidieron quedarse en Cataluña porque conocían a Eto'o).
Muchas de esas niñas acaban prostituyéndose y en manos de mafias que las explotan, con lo cual se agranda su vulnerabilidad. Seguramente porque no conocen sus derechos ni se aportan medios suficientes para que así sea. Eso las hace todavía más invisibles, más explotadas, más prostituidas.
No son Berlusconi. No acaparan las portadas informativas porque la afrenta que sufren no se considera tal, sino consecuencia de un acto individual, como si los dientes que le rompieron al Cavalieri no fuesen también consecuencia de sus actitudes. Las ofensas a los poderosos tendrán siempre la máxima cobertura mediática porque de ese modo el poder encuentra resortes para impulsar el sentimiento público de culpabilidad, y seguír así rearmándose y protegiéndose de la espiral de violencia que genera.
No interesa divulgar masivamente la ofensa al débil. Si así fuese, el sentimiento de culpabilidad se volvería sentimiento de irascibilidad, que ya no apuntaría hacia abajo, sino hacia arriba. Las revoluciones rusa y francesa se alimentaron psicológicamente de ese giro sentimental.

2 comentarios:

JLuis dijo...

Gran post Guillermo...

Un abrzo

Disidente dijo...

Hola aqui en México aunque sea de transito los indocumentados pasan a ser eso indocumentados,pareciera que necesitas un papel para que afirme como humano con derechos,el rollo es que ellos viene de procesos de bajo desarrollo en cuestion del ejercicio del derecho y de alli las alimañas que aprovechan.Ojala todos desde nuestro espacio logremos contribuir a mejorra sus situaciones sino es asi por lo menos a no dejar que sigan siendo historias invisibles.Un abrazo desde la sierra de Oaxaca,México.Gustavo