sábado, 13 de febrero de 2010

Más allá de Forges y compañía

Viñeta de Javier Malonda en Tira Ecol
Tengo la impresión de que la ilustración gráfica es una hermosa profesión poco reconocida.
A ver, ¿cuántos nombres de escritores o de periodistas somos capaces de citar en un minuto? Y ahora, ¿cuántos de ilustradores gráficos en cinco minutos? Me temo que no muchos más de media docena, pese al mayor margen de tiempo.
Algunos de los que conozco, personal o profesionalmente, suelen ser de pocas palabras, amantes del silencio, reflexivos... Supongo que será, simplemente, cuestión de personalidades, no un denominador común de la profesión. Pero resulta llamativo. Como si se pasasen la vida pensando.
Me gusta el trabajo de muchos de ellos, pero voy a hablar sólo de algunos de mis favoritos:

Martín Elfman me atrajo desde el primer día en que vi su trabajo en Anecdotario caricato, el curioso nombre de su sencillo pero agradable blog. Me gustan la fineza de sus trazos y sus colores claros, y cómo los emplea. Aprecio que su trabajo tiene mucho de personal y próximo.

Sin embargo, veo en David Rubín a la antítesis de Martín Elfman. Este artista ourensano me parece más complejo y lleno de ímpetu. Hay algo de tenebroso en su dibujo, una violencia contenida que puede estallar en cualquier momento. David es un excelente dibujante de acción.

Un ejemplo de la reflexividad de que hablaba antes es Javier Malonda. Es casi imposible no releer sus tiras después de la primera lectura. Sus textos, irónicos, paradójicos y sarcásticos, son una invitación constante a la reflexión.

Desde luego, hay mucho y variado arte e ingenio más allá de Forges y compañía.

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