domingo, 18 de abril de 2010
Gracias a los volcanes seguimos vivos
Sin atmósfera ni hidrosfera, el planeta azul sería un planeta rojo muy parecido a Marte, donde lo único que circula es el viento y la arena que este mueve. Un inmenso desierto sin vida. De manera que aunque el Eyjafjalla nos haya estropeado un fin de semana exótico conseguido con un asombroso billete de último minuto a 20 euros, debemos estar agradecidos porque, gracias a él, seguimos vivos. [Texto completo]
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