La amnesia y el servilismo avanzan a pasos agigantados gracias a la poderosa maquinaria mercantilista que los menea.
Hasta hace unas semanas, quizá unos meses, no se hablaba de otra cosa que de la reforma de los mercados financieros y del sistema bancario, nacional o multinacional, que de todo hubo.
Hoy ya casi nadie habla, escribe o informa de eso, sino de recortes, decretazos, paros, huelgas, regulaciones y otras acciones de signo negativo que van, ¡qué curioso!, en sentido contrario de aquellas otras que tanta ilusión nos hacían.
Es comprensible: los poderosos se niegan a reformarse, lo que quieren es forrarse.
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