Dice un amigo que lo que más abunda es la mentira, pero creo que, al menos en la Red, lo que más abunda es la falta de respeto.
En mi post anterior recogía una opinión de José A. Pérez en Mi mesa cojea quien, a su vez, se hacía eco de la obligación que tuvo 20minutos.com de cambiar su política de comentarios debido al gran número de irrespetuosos e intolerantes que se colaban en sus textos. En ese post, Runaway, administrador de Born to run, dejó escrito: "Hace años, cuando empecé a navegar por internet, dejé los foros de Terra, entre otros, por las barbaridades que los trolls ponían en los mismos. Hace tiempo dejé de navegar por el diario 20minutos por lo mismo. En El País y Público he dejado de leer los comentarios y me limito a la información. Hace unos meses dejé de visitar y comentar en un blog al que era asiduo porque, al dejar un par de comentarios, correctos y respetuosos como era habitual, pero que se salían de lo políticamente correcto y de la línea imperante y avasalladora, fui objeto de un linchamiento dialéctico de l@s comentaristas y la bloguera. No quiero ni pensar lo que me hubiera ocurrido si hubiera sido un personaje de la novela 1984 y hubiese hecho una crítica al Gran Hermano y su pensamiento único. Pulverizado, vaporizado".
Bajo ese comentario, Gloria, de Sieglinde, deja otro en el que tilda de forajidos y bandoleros a quienes, amparándose en el anonimato, vierten sobre los demás su bilis, su cobardía, su paranoia y su incapacidad para adaptarse a la convivencia.
El asunto hace tanto daño que El País quiere tirar a la papelera su obsoleto sistema de control y, en línea con The New York Times y The Boston Globe, poner en práctica otros más modernos y eficaces, según explicaba ayer la defensora de los lectores del diario madrileño, que se ocupó por extenso del asunto dadas las quejas recibidas.
Los métodos de control de los citados medios estadounidenses funcionan, básicamente, contando con la colaboración de sus lectores, que, valiéndose de una herramienta informática, denuncian o señalan a los autores de los exabruptos. En esencia, esos métodos convierten a los correctos usuarios del periódico en chivatos.
Quizá resulten eficaces, pero me parece que esos sistemas de control ponen más de manifiesto el interés de los periódicos por sacarse de encima un asunto espinoso que por asumir una responsabilidad inherente a su condición de medios informativos. Los comentarios, como las informaciones, también son texto y deben tener, por lo tanto, el mismo tratamiento que editorial y periodísticamente se les otorga a aquéllas o a las cartas al director, que eso son, en esencia, los comentarios de los lectores en la Red.
Una máquina, un programa o una aplicación informática no pueden depurar los textos porque no son capaces de contextualizarlos ni de distinguir los matices conceptuales que diferencian la ironía del insulto. ¿Llamar marquesona a Esperanza Aguirre es insultarla? Son las personas, los periodistas, quienes, tras haber leído los comentarios, como harían con las cartas al director, deben determinar si el texto que tienen entre manos es o no publicable.
Hacer eso cuesta dinero porque implica pagar nóminas, pero es barato si se compara con lo que se pierde en prestigio y profesionalidad por no hacerlo.
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Periodistas 21: Ideas para la participación de calidad
5 comentarios:
Tras leer tu post he cambiado la "coletilla" de la mentira por la ignorancia.
En internet el efecto masa anónima es tan fuerte como en el fútbol y mucha gentuza amaprada por el aninomato escupe sin ton ni son.
Será mala leche o simplemente ignorancia?
Ayer mismo, en el diario del grupo Vocento en Asturias, El Comercio Digital, habían dos noticias de sucesos ocurridas la misma noche. En una de ellas, una chica de 18 años había matado a su padre al llegar a casa después de una noche de marcha.Al parecer, su padre, después de haber llegado a las tantas de la madrugada,le dió una regañina creandose una fuerte discusión lo que al final provocó el final desenlace. La chica era inmigrante de un país sudamericano.
Por otro lado estaba la noticia de que en las fiestas patronales de un pueblo del consejo de Ponga, a altas horas de la madrugada un jóven había matado de una puñalada a otro de un pueblo del mismo consejo por causas no muy claras. El agresor y la víctima eran españoles.
Pues bien, en el primer caso había una docena de comentarios, y menos uno o dos creo recordar, la mayoría eran comentarios echando la culpa a los inmigrantes la la inseguridad creciente en Asturias, de que la culpa era de Zapatero que los había metido todos aquí y de que había que echarlos a todos.
En la segunda noticia, cuando yo entré tan sólo había DOS comentarios, y en uno de ellos se quejaba precisamente de lo mismo: de que que raro de que había tan pocos; si el agresor hubiera sido inmigrante ya habría habido otra docena de comentarios xenófobos o racistas.
Con ésto cada cual que saque sus propias conclusiones.
Me llamo mucho la atencion el titulo la verdad, buen post...esperamos verte por nuestro blog..un abrazo.
según parece no eres el único que esta tratando este tema:
http://periodistas21.blogspot.com/2010/07/ideas-para-la-participacion-de-calidad.html
Tu post es de gran calidad -algo a lo que ya nos tienes acostumbrados- e invita a la reflexión de quienes estamos metidos en la Red.
Un abrazo.
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