Benedicto XVI viajará a Galicia el próximo 6 de noviembre para una estancia de ocho horas en Santiago de Compostela, visita que ocasionará unos gastos por valor de cuatro millones de euros, según estimaciones de la Xunta.
Un viaje evangelizador muy costoso que pagarán los boyantes bolsillos de los gallegos, sean católicos, musulmanes, ateos o agnósticos. (No se incluye a los protestantes, porque de nada servirá protestar).
La mitad de ese dinero se destinará a costear la retransmisión del acontecimiento "a todo el mundo" (no se sabe si también a los desheredados acogidos por las fundaciones Teresa de Calcuta y Vicente Ferrer en la India) a través de la Televisión de Galicia -pública, claro-, y la otra mitad se tirará por la alcantarilla del protocolo, el márquetin, la publicidad, la seguridad, los desplazamientos, los séquitos, los invitados y demás cuestiones de vital importancia para el feliz desenlace de una labor evangelizadora que bien podría hacerse por vídeoconferencia e instalación de pantallas gigantes en la plaza del Obradoiro, como si de la selección de fútbol se tratase. ¿O no?
Pero los tiros no van por ahí. El país está fuerte y todo el mundo quiere arrimar el hombro para que su santidad compruebe lo dichosos que somos y lo mucho que nadamos en la abundancia. Un ejemplo: desmontar parcialmente -¡sólo parcialmente, eh!- el andamiaje del pórtico de la Gloria, ahora en afanoso lavado de cara, costará 15.000 euros, más o menos lo que se paga por un despido en este terruño.
Claro que con ser costoso este viaje papal, más lo fue el que hizo a Valencia en el 2006 -¡ojo!, la culpa es de Zapatero-, más lo será todavía el que haga en septiembre al Reino Unido -donde, como todo el mundo sabe, arrasa el catolicismo-, aunque nada comparado con el que hará en el 2011 a Madrid, donde será recibido como "líder de una religión" en viaje "eminentemente religioso y privado", aunque no lo pague su santidad.
En fin, que como cristiano pienso hacer mis cálculos y, de paso, reclamar mi derecho a un lugar de privilegio en el cielo. Bien pagado lo tengo, ¿no?
2 comentarios:
Parece ser que todo aquel que no esté encantado de la vida con la visita de su santidad es un "relativista" según la carta firmada por los 1000 magníficos de este nuestro país llamado España
Publicar un comentario