viernes, 10 de septiembre de 2010

¿Para cuándo una reforma mental?

Lo planificado se ha cumplido, con apoyo legal, para convertir en proscritos a los demandantes de un derecho universal. La tapadera perfecta para los codiciosos, los especuladores y los malos empresarios -más numerosos que los malos trabajadores, que los hay a mansalva- logró ayer el impulso que le faltaba.
Trabajar ya no es un derecho, ni siquiera un deseo, una intención o una necesidad. Ya es, legalmente, un capricho del contratador. A partir de ya muchas empresas dejarán de regirse por el código de la negociación para conducirse por el de la peonada, más laxo, caprichoso e inmoral.
El estajanovismo cobra impulso, avalado por el discurso de guante blanco, la cobardía política, la inopia social y el colaboracionismo mediático. Y así hasta el que el cuerpo aguante y obligue a emplear el euro del periódico en la barra de pan o el precio del televisor en el seguro médico. Entonces el colaboracionismo mutará en reacción, pero ya será tarde.
Lo sensato es pensar que con los tiempos que corren las reformas son necesarias. Pero no a cualquier precio ni a costa de los de siempre. Lo sensato es compartir consecuencias y responsabilidades, de manera que si se cambian las reglas del mercado laboral también habría que modificar las del mercado empresarial.
Dicho esto, cabe preguntarse: ¿para cuándo una reforma mental?

3 comentarios:

Runaway dijo...

Acertada y lúcida entrada. Ahora bien, el ejemplo de la televisión no ha sido muy acertado. Yo me gasté casi el sueldo de todo un mes para comprar uno de nueva generación con todos los extras, y que siempre lo tengo apagado porque no para de echar telebasura, futbol y mierdas varias, pero con imagen y sonido digital.
Hubiera sido más rentable y más productivo haberme gastado lo que me costó en sun seguro médico, dar una aportación extra a mi plan de pensiones, ampliar mi biblioteca, haber hecho un viaje, o simplemente habermelo gastado en juergas o en cervezas en el bar. Es lo primero que pienso deshacerme como me vengan mal dadas. Si estás interesado en comprarla , me avisas

JuanGun dijo...

Como autónomo veo la reforma laborar un poco desde la barrera, como siempre esas ventajas (ahora menos) no van conmigo.
Pero tengo claro el auténtico problema, la avaricia. Que nos llevó a lo que tenemos y a saber a que nos llevará.
Bancos, telecos, promotores, políticos, empresarios...
Un saludo.

entrenomadas dijo...

A mí la pregunta final me parece tan necesaria como urgente.

Me quedo el artículo, Guillermo. Si no te importa.

K,

Marta