Un estudio de la consultora Otto Walter realizado entre 12.000 mandos intermedios de medianas y grandes empresas españolas concluye que el 38% de los altos directivos han sido suspendidos por sus subordinados porque, entre otros motivos, no los escuchan ni los tienen en cuenta a la hora de tomar decisiones.
Más de la mitad se llevaron calabazas porque no mostraron interés alguno por las ideas que habían pedido como aportación a la búsqueda de soluciones. ¿El motivo? No querían escuchar lo que nos les gustaba oír.
Falta madurez directiva. Los errores cometidos son tan obvios que asusta. Es aterrador, y eso que en la alta dirección "cobramos un pastón", son solo algunas de las afirmaciones hechas ayer al programa Afectos en la noche, de Radio Nacional de España, por Francisco Muro, director de la consultora en España y responsable del estudio.
La crisis parece haber atemperado la actitud de suficiencia de parte de esos ejecutivos, que en tiempos de bonanza iban de sobrados. "Creíamos que éramos más buenos de lo que en realidad somos", concluye Muro, que termina su intervención con una severa advertencia:
"Cuando uno hace lo que no debe, luego tiene que escuchar lo que no quiere".
Lo peor de todo, añado yo, es que que muchos de esos altos directivos permanecen en sus puestos "cobrando un pastón". En la mayoría de los casos son los mismos que luego no tienen empacho ni vergüenza en hacer y firmar listados, de subordinados, por supuesto, de candidatos al despido.
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