Mariano Rajoy está desencantado. Es lo primero que se nos ocurre cuando leemos que piensa que vive en el lío, lo que puede interpretarse que vivía mejor cuando tenía un Zapatero al que echarle la culpa de todos los males.
Rajoy vive en el lío porque es un liante que lleva mucho tiempo liándonos, tanto que hasta le han votado algo así como diez millones de liados, entre los que hay muchísimos confundidos. Pero Rajoy está liado porque ha querido meterse en un lío que ya se veía venir, así que cabe aplicarle también a él aquello de donde las dan, las toman. Pero él decía que tenía recetas para todo. De momento, ni rastro de ellas.
El presidente no es, sin embargo, el único que sufre los avatares del poder asumido voluntariamente. En la últimas horas hemos sido testigos de otro lío, el que ha montado el ministro de Educación con sus liantes argumentos para cargarse Educación para la Ciudadanía. Tanto se ha liado que hay quien cree que ha mentido para liarnos. Cuando menos, ha confundido, y que hasta una editorial haya tenido que salir a escena para decir que lleva ¡cinco años! desmientiendo lo que ha dicho el ministro no deja en muy buen lugar la ética del señor Wert, que debería ser muy prudente en sus declaraciones. De modo que, ¿quién adoctrina a quién?
En fin, y qué decir del ministro de Justicia, que buena la ha liado con lo de los matrimonios y divorcios por lo "notarial"; de los ministros de Hacienda y Economía, que tienen un lío entre ellos que no hay quien los entienda, y de la ministra de Sanidad, que se acaba de meter en otro lío con la de la píldora poscoital.
Vamos hacia atrás. ¿Por qué se meterán en líos y nos confundirán con asuntos que ya estaban superados y socialmente aceptados? ¿No será que en lugar de gobernar -es un decir- para todos los españoles, lo que en realidad se está haciendo es gobernar para todos los españoles sectarios?
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