miércoles, 25 de julio de 2007

Innecesario, humanamente innecesario

No conozco un solo país avanzado que aplique las leyes migratorias con tanta perversidad como Estados Unidos.
Cuesta creer que una nación que ha aportado tantos avances a la humanidad retroceda tanto en cuestiones humanitarias, hasta el punto de deportar, a causa de leyes inhumanas y xenófobas, a centenares de miles de personas, casi millones ya. Cuesta creer que se pueda tener el corazón tan duro y tan negro que el odio les impida ver que los efectos de sus decisiones políticas atentan, claramente, contra los principios que dicen defender: los valores tradicionales, la familia, la libertad, el derecho a una vida digna...
El último informe de Human Rights Watch dice que la deportación obligatoria de inmigrantes, incluso por delitos menores, ha separado desde 1997 en Estados Unidos a más de millón y medio de niños y adultos, desestructurado miles de familias, incluso de ciudadanos norteamericanos, y roto miles de hogares creados al calor del sueño americano, un sueño, no lo olvidemos, cada vez más español y europeo.
Los delitos deben ser castigados, por supuesto, pero un Estado no debe, en esencia, sustentarse en leyes claramente atentatorias contra los derechos humanos más elementales para justificar los prejuicios de sus gobernantes, porque entonces el Estado se convierte en el más perverso enemigo de aquellos a quienes debe proteger. ¿Quién protege a los niños de padres deportados?
Sinceramente, me parece innecesario, humanamente innecesario, llegar a tales extremos.

Leyes sobre deportación dañan a familias estadounidenses
Familias separadas por la ley
Piden excepciones para deportaciones
Primero la zanahoria, luego el palo: un hipócrita en campaña
En España:
Superadas las 25.000 repatriaciones en el 2007
Concedida la reagrupación familiar al 52% de los subsaharianos

8 comentarios:

entrenomadas dijo...

Yo viví dos años en Estados Unidos y las cosas que allí ocurren no son fáciles de olvidar. La hipocresía respecto a la inmigración se amplifica en EEUU, pero en la prensa disminuye, se hace invisible.
Me preocupa que eso acabe ocurriendo aquí.
Un abrazo

Marta

Guillermo Pardo dijo...

No hay sociedades perfectas, Marta, sin embargo durante años se ha vendido la idea de que la norteamericana sí lo era. Por eso los parias de la tierra quieren vivir en un constante sueño, del que acaban despertándose como lo harían de una pesadilla. Saludos.

Desesperada dijo...

todo se reduce a una palabra: compasión. creo que algunos la han olvidado. un bico!

Desesperada dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
JLuis dijo...

Tu lo has dicho. Buena parte del problema es la perversidad de la aplicación de la ley, una ley claramente discriminatoria y basada en una noción estratificada de la ciudadanía, pero que se convierte en inhumana cuando su aplicación lleva a casos como los que señala HRW.

Fran Invernoz dijo...

En un país como Estados Unidos donde sus líderes se llenan la boca de la palabra libertad, es indudable que ese valor es inexistente, porque de lo contrario no insistirían tanto en repetir una palabra que les encanta tanto como lo de sueño americano. Ni sueño, ni americano, ni libertad. Estados Unidos es un país que sólo le interesa liderar el mundo, a costa de lo que sea incluso desmembrando familias, deportando a niños a mintiendo para entrar en guerras con el fin de obtener beneficios económicos.

Anónimo dijo...

Y la situación empeora con un mandato presidencial tan largo como el de George W. Bush. A ver si Michael Moore nos obsequia con alguna película-documental sobre este asunto

Guillermo Pardo dijo...

Compasión, empatía, consideración, respeto... Son muchas las cosas que olvidamos cuando se trata de otros, pero que exigimos para nosotros. Ese egoísmo nos distancia cada vez más de nuestra condición humana y finita. Gracias por vuestras visitas y vuestras aportaciones.