miércoles, 29 de agosto de 2007

Tensión en las alturas... y en las bajuras

La cabeza bulle, el cuero cabelludo se eriza, las neuronas se inquietan, el pelo se blanquea y se cae… Hay tensión en las alturas.
El cuello se agarrota, las orejas se encrespan, la boca se tuerce, los labios se muerden, la nariz se afila y la frente se arruga. Hay tensión en las alturas.
El jefe maldice, el gerente asesina con la mirada, el director general refunfuña, el presidente se encoleriza, Dios se impacienta. Hay tensión en las alturas.
Agosto se agota, las vacaciones se acaban, septiembre amenaza, el banco reclama, los niños se excitan, los sueldos se achican. Hay tensión en las bajuras.
Hay tensiones antiguas, hay tensiones que se repiten, hay tensiones necesarias. Hay tensiones imprescindibles.
Las tensiones son elásticas: estiran y encogen, como el corazón.
Y, como en el cine, también pueden tener finales felices.
No olvides que somos elásticos.

4 comentarios:

Viguetana dijo...

¡Viva la elasticidad!

hera dijo...

La tensión es vida....auqnue a veces
en las bajuras....se parece más a agobio....:-9
gracis por la inclusión de la escena del reloj.
un saludo

Anónimo dijo...

Si no fuera por la elasticidad más de uno estaríamos ahogados por ciertas sogas.

Guillermo Pardo dijo...

La rutina tiene su encanto, creo yo, si somos capaces de ver su lado positivo. Si no tuviésemos que trabajar, por ejemplo, no tendríamos vacaciones... Saludos y gracias por vuestra participación.