viernes, 9 de noviembre de 2007

Más respeto, menos códigos

Hace unos días leí que el Gobierno central pretende presentar, antes de que termine el año, un código de tratamiento de la información referida a la inmigración.
Me parece bien que se hagan esas cosas teniendo en cuenta la desconsideración y la falta de respeto con que a veces se informa sobre los inmigrantes, a quienes en ocasiones no se trata como lo que son, personas, sino como lo que no son: sin papeles, irregulares, delincuentes (así, sin determinar) y un largo etcétera sobradamente sabido.
Lo que no me parece bien es que un gobierno, el Gobierno, meta las narices donde no debe, porque para orientar la información sobran medios y recursos periodísticos propios, del mismo modo que para resolver cuestiones de Estado los periodistas no recurrimos a procedimientos diplomáticos.
De cristalizar la intención gubernamental, tendríamos, además, sobredosis de códigos de redacción y buenas maneras periodísticas, pues a los manuales de estilo ya en vigor en muchos medios de comunicación habría que añadir, al margen de la competencia personal, las guías, decálogos, estudios o códigos de colegios profesionales ya existentes desde hace años.
Sirvan, como muestra, unos cuantos ejemplos:

Recomendaciones del Consejo Audiovisual de Andalucía

Manual de Estilo Periodístico sobre Inmigración del País Vasco
Decálogo para o Tratamento Informativo non Estereotipado da Inmigración de Galicia
Cómo miran los medios la inmigración y transmiten la diversidad
Inmigrantes delincuentes: una creación mediática

A ello podemos añadir el Decálogo sobre el Tratamiento de la Inmigración en los Medios de Comunicación (descargable en este enlace), basado, según se dice en su introducción, en el elaborado por la Xunta de Galicia, que lo promovió cuando el foro gallego ya había hecho el suyo, en cuya redacción participé.
Curiosamente, a la Xunta (la actual, formada por PSOE y BNG) se le informó y se le ofreció el texto consensuado en el seno del foro de inmigración gallego, pero lo rechazó porque de esa forma no se podía decir que lo había hecho el Gobierno gallego, que debió pensar que si lo aceptaba no podría rentabilizarlo políticamente. Por no aceptar, ni siquiera aceptó enviar a un representante oficial al acto de presentación del decálogo. De todos modos, no deja de ser chocante el parecido de ambos "decálogos".

De manera que parece claro que sobran códigos, pero no sobraría más educación, respeto, consideración y sentido común a la hora de escribir y hablar acerca de los inmigrantes.

6 comentarios:

Desesperada dijo...

tienes toda la razón. demasiada teoría.

entrenomadas dijo...

No conocía esta información.
Me voy a informar de cómo está el asunto en Aragón.

Waiting for Godot dijo...

Interesante, además de que tienes toda la razón hay que educar a la gente sobre los inmigrantes, aquí en Holanda llevan años trabajando y hacen un montón de campañas para ello. Muchos besos.

June Fernández dijo...

Gracias porque no conocía que en Euskadi hubiera un manual de estilo, y es algo que siempre he considerado necesario, para orientar sobre fórmulas como "indocumentados", "sin papeles", etc.

Cuando he empezado a leer el post he pensado que me parece buena idea lo del Gobierno, pero me has convencido. Es una injerencia, y habría que ver si el contenido además está sesgado. Por ejemplo, dudo que expliquen que "reagrupaciones familiares" es un eufemismo como una casa para hablar de repatriaciones de menores. Y, como dices, en vez de tanto código, tienen mucho por hacer: derogar una ley xenófoba como la de Extranjería, controlar los malos tratos y abusos de la policía a los inmigrantes, no criminalizar a los menores, no promover la fuga de cerebros en los países africanos....

Guillermo Pardo dijo...

Aquí sólo he dado una muestra de lo que hay, aunque no lo conozco todo, desde luego. Me parece que son suficientes para señalar que no hacen falta más, sino otra disposición para afrontar un asunto humanamente molesto. Saludos y gracias por vuestras visitas.

Fran Invernoz dijo...

El post es un buen toque de alerta y el asunto se complementa con comentarios en su blog de June Fernandez.