Juan Enrique Tur recoge hábilmente en su Testigo Accidental una entrevista publicada en la edición valenciana de El País con el conseller de Ciudadanía e Inmigración, Rafael Blasco, quien, a la pregunta de por qué no se exige el "compromiso de integración" a los extranjeros europeos jubilados, responde:
Yo creo que esa es una visión un poco frívola. No se puede comparar porque cuando hablamos de inmigración y de extranjeros estamos hablando de cosas muy distintas. E incluso dentro de la inmigración, no se puede hablar igual de una inmigración que viene de Iberoamérica o de los países de Europa, que de una inmigración que viene por ejemplo del África subsahariana. [+ Testigo Accidental]
Está cada vez más claro por qué, para qué y a quiénes se exigirá "integración" y a quiénes y por qué no se exigirá y cuáles son las intenciones de quienes promueven esa clase de "compromisos". Según Blasco, los inmigrantes no son extranjeros, y éstos no son inmigrantes, sobre todo, aunque no lo diga claramente, si son rollizos, sonrosados y tienen dinero, aunque no hayan aprendido, ni les importe, una sola palabra de valenciano en los muchos años que puedan llevar viviendo en esa tierra.
Honestamente, me parece nauseabundo.
5 comentarios:
Lo que no sé es que costumbres les enseñaran ¿tirar a una cabra por un campanario? ¿perseguir a un toro con lanzas? ¿"bous al carrer"? ¿moros y cristianos? ¿masticar tabaco?... igual es una estrategia para asustarlos... en fin fuera de ironía, es eso nauseabundo.
Es que los extranjeros jubilados y extranjeros cuentan con una ventaja cultural que elimina cualquier fricción... una abultada billetera.
Y no me parecería mal si no fuese por el agravio comparativo que resulta y de la tranquilidad con que está interiorizada
Un saludo.
Absolutamente vomitivo, Migra.
Buenas Guillermo. Gracias por darle más difusión.
Aprovecho para recomendar a ti y a tus lectores el artículo Una subespecie de usar y tirar que publicó ayer Javier Ortiz, un texto muy esclarecedor respecto al debate sobre inmigración que se está realizando en el Parlamento Europeo.
Claro, los señores ingleses y alemanes son extranjeros con divisas, los otros son unos pobre muertos de hambre. No es lo mismo, claro. Tampoco es lo mismo el jeque árabe que llega a Marbella cargado de millones que el magrebí que cruza el Estrecho.
La diferencia, por supuesto, está en el dinero... Y luego dicen que no es una medida racista... anda que...
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