jueves, 28 de mayo de 2009

Franco sigue ganando batallas

La admisión a trámite por el Tribunal Supremo de la querella por supuesta prevaricación presentada por Manos Limpias contra el juez Garzón por abrir una investigación por las desapariciones antes y después de la Guerra Civil, no sólo estimula la perplejidad, sino que da qué pensar sobre la deriva de la Justicia en España.
Primero, porque pone de manifiesto que la transición de la dictadura a la democracia no se ha hecho correctamente cuando a un juez demócrata se le ponen impedimentos para investigar los crímenes cometidos por el régimen franquista, al que, además, es ideológicamente afín el sindicato querellante.
Segundo, porque la democracia no se ha sabido dotar de instrumentos legales que permitan perseguir a los criminales, sino que, por el contrario, mantiene los requisitos que permiten a los ideológicamente próximos a quienes cometieron los crímenes perseguir a quienes deben juzgarlos. Dicho gráficamente: se permite a Franco seguir ganando batallas en plena y supuesta democracia.
Tercero, no es cierto que se haya cerrado la división de las dos Españas, en buena parte debido a que la democracia no se ha legitimado suficientemente para juzgar el franquismo como Alemania juzgó el nazismo, Argentina el videlismo y sus consecuencias y Chile el pinochetismo.
Cuarto, sorprende y decepciona que la interpretación de la ley sea tan laxa según para qué casos hasta el punto de que el sentido común y la lógica -pilares morales de toda Justicia- sean puestos en entredicho de forma tan flagrante. ¿Cómo se puede explicar a las nuevas generaciones, sin caer en contradicción, que un juez es imputado por perseguir el delito?
Quinto, dado que algunos partidos políticos, como representantes parlamentarios de la ciudadanía, no muestran, cuando menos, la prudencia que requiere el caso, sino más bien lo contrario, cabe pensar que la posible imputación del juez es una buena noticia para sus intereses electorales, precisamente ahora que estamos en campaña electoral.
Esto último manifiesta, por añadidura, la fragilidad moral de la democracia en España.

Relacionados:
Radiocable.com: Al ponente del auto contra Garzón
La columna de Miguel Ángel Vázquez: ¿Manos limpias?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que esta tomadura de pelo del Supremo se quede en eso. Si no fuera así, yo, al menos, no me quedaré callado.
Pierre Miró

A Lareira Máxica dijo...

O título do post xa o di todo: elocuente por sí mesmo. Non se pode dicir máis con menos palabras.

Un saúdo, amigo
Carpe Diem

Julio

Guillermo Pardo dijo...

Gracias por vuestra participación. Saludos y abrazos.

Anónimo dijo...

Posh... como argentina que vive en España desde hace siete cortos años... es decir: como alguien que tiene otra perspectiva de la realidad española... puedo constatar que Franco gana en todo lo que sea 'raciocinio' --por llamarlo de algún modo...
Por ej. Crecieron escuchando que 'lo de afuera es malo'... Y lo siguen creyendo. Y como no hay escritores de primera línea --me refiero a un Proust - un Borges - un Dostoievski... entonces no se nombran escritores... ¡salvo los best sellers --es decir: aquellos que permiten vender muchos libros...
Y así con todo...
Lo clásico --que no es español... se omite en las referencias intelectuales --empobreciendo la perspectiva...

Esperemos que los 10 años que quedan para 'empardar' los 40 de FF... logren abrir las cabezas españolas... a algo que no sea el 'exito editorial' y --mucho menos... el éxito norteamericano... que siempre... es sólo un éxito de ventas --pero no un afinamiento de esa compleja trama llamada 'el campo de la verdad'...

Que en argentina mamamos le intelectualidad española --esa que se fue por la G.C.E... que es --entre otras... la nos enseñó a abrir nuestras cabezas a la calidad -venga de donde venga... y evitar creer que lo mejor que le puede pasar al mundo... ¡es organizarse alrededor de nuestro ombligo...!!!

Claudia