El domingo se celebrarán las elecciones europeas, y pese a que algunos políticos y partidos se conducen como si quisieran animarme a no votar, voy a hacerlo.
Tengo muchas y variadas razones para depositar la papeleta en la urna: sociales, morales, políticas, económicas, culturales, razones de presente, motivaciones de futuro.
Sin embargo, ninguna con mayor valor que la que, por advertencia de la memoria colectiva, me impone el deber humano y moral de evitar que los extremismos tomen el Parlamento Europeo.
Si los fundamentos de Hitler y Stalin no tienen cabida en "mi" Europa, la oportunidad y el tiempo de quienes los añoran, tampoco.
6 comentarios:
Simplemente, coincido en todo. Un comentario preciso, en el momento justo.
No tenía claro si ir o no, pero después de leerte voy. Me has convencido.
Saludos.
Tenía claro que iba a votar -acompañado de Mariam y mis hijas- y después de leer tu post... más claro todavía.
Pues yo no iré a votar. No iré porque así quiero dar un toque de aviso a los políticos. Será la primera vez que no lo haga, pero es un no voto con toda la intención.
Completamente de acuerdo!
Un saludo
Por si quedaba algunha dúbida da necesidade de ir a votar. Chapeau!!!
Un saúdo, amigo
Carpe Diem
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