Foto tomada de público.es
No siempre es cierto aquello de que las cosas son del color del cristal con que se miran. Y si no, que se lo pregunten a Obama, que es más negro o más blanco según lo vean quienes le votaron o quienes no.
No sé si los científicos han descubierto la pólvora ahora al decirnos que la afiliación política influye en la percepción visual que tenemos de la piel de un candidato, pero sí es cierto que su estudio viene a confirmar los prejuicios ideológicos y morales con que nos desenvolvemos las personas. Yo, sin ir más lejos, creo que Rajoy es políticamente más tonto que Zapatero, que ya es mérito.
El estudio también demuestra, entre otras muchas cosas, que la estupidez humana es proverbial hasta el paroxismo, de tal modo que para muchos lo verdaderamente valorable de un líder político es su condición racial por encima de que su gestión merezca un aprobado o un suspenso. Si esto es así a estos niveles, no quiero imaginarme la visión que tendrán esa clase de personas de los infelices que no han tenido la suerte de nacer en cuna blanca como ellos. Aunque, a decir verdad, algún caso conozco personalmente.
De modo que, pese a mi natural condición optimista, actitudes como esta me reafirman en la convicción de que el mundo tiene el desastre políticofinanciero que se merece.
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