"En las tres semanas que fui presunto cadáver, nadie se echó las manos a la cabeza, ni fue a dar la brasa al ministerio de Asuntos Exteriores, ni salió en la tele reclamando la intervención del Gobierno, ni pidió que fuera la Legión a rescatar mis cachos. Ni compañeros, ni parientes. Ni siquiera se publicó la noticia. Mi situación, la que fuese, era propia del oficio y de la vida. Asunto de mi periódico y mío. Nadie me había obligado a ir allí".
Este párrafo del último artículo del ex reportero Arturo Pérez-Reverte en XLSemanal habla de los irresponsables y de sus irresponsabilidades, y hace pensar en que últimamente parece haberse puesto de moda meter la mano en el avispero y después pedir que te la saquen.
Las reacciones producidas en España ante algunos de los últimos episodios en que se han visto involucrados en el extranjero ciudadanos españoles son más propias de un esperpento que del arte de la prudencia y del sentido común.
El caso del secuestro del Alakrana puso de manifiesto la irresponsabilidad con que actuaron los gobernantes del barco al alejarse de la zona en que sabían que podían ser protegidos. Se metieron en el avispero a sabiendas de lo que podía pasarles, y después, cuando estuvieron rodeados de avispas y no podían quitárselas de encima, pidieron ayuda, que les fue facilitada a costa, entre otras cosas, de mis impuestos. ¿Por qué tiene que intervenir y dar la cara el Estado, pagando incluso un rescate si es que lo hizo, en la liberación de unos irresponsables?
Con López de Uralde y sus compañeros ecologistas de Greenpeace ocurrió otro tanto. ¿Acaso no sabían a lo que se exponían cuando, supuestamente, infringieron las leyes danesas? ¿No actuaron acaso deliberadamente cuando, también supuestamente, falsificaron documentos para poder acceder al palacio real danés y las placas de matrícula del coche que utilizaron para engañar al servicio de seguridad?
Lo chocante de estos casos, de la cerrazón y la ceguera con que son tratados es que a veces a sus protagonistas se les trata como a héroes, cuando en realidad se han comportado como delincuentes o, cuando menos, como irresponsables.
Eso es consecuencia a menudo de la irreflexión con que recibimos las noticias y del sesgo informativo con que nos las sirven. En algunos noticieros he oído y en algunos medios he leído cómo se destacaba el supuesto maltrato dado a Uralde y a los suyos en Dinamarca -asunto discutible y critable, desde luego-, en contraste, sin embargo, con el escaso acento puesto -quienes lo pusieron- en los supuestos delitos que han cometido.
Aunque, quizá y después de todo, no he entendido bien nada de esto. Sin embargo, estoy convencido de que en este caso no estaría de más que hiciésemos un poco de demagogia.
6 comentarios:
Tu post comienza con la cita de un artículo de A. Pérez Reverte que me pareció muy oportuno para la reflexión, intuyo que a ti también.
Luego, tu entrada nos invita a cuestionarnos algunas cosas que podrían calificarse como... "políticamente incorrectas". Por ello, por cruzar esa frontera que nos pone en el pim-pam-pum de los talibanes... mi sincera admiración.
te juro que se me vino a la cabeza, más o menos lo mismo que te ha escrito el Sr. Campillo, sólo que yo lo iba a decir de un modo más rústica:
"van a pedir tu cabeza, Guillermo"
tenemos un estado superprotector para según que cosas y en cambio para otras "que dios nos coja confesados"
biquiños,
Supongo que Uralde no se puede poner el mundo por montera. Y sería justo que lo juzgaran si cometió un delito. Parece que en su militancia opta por los atajos, pero no quiere cargar con las consecuencias. Aunque entiendo que sea tentador, ante representantes que no resuelven o ciudadanos que no militamos y, al menos en mi caso, nos dejamos llevar a veces por la inercia de apoyar sin reflexión todo lo que parezca crítico.
En cuanto al Alakrana, estoy de acuerdo. Yo igualmente los habría traído de vuelta, pero les habría hecho pagar hasta el último duro que nos hubieran costado.
Un saludo.
Gracias por vuestras visitas y comentarios. Abrazos.
Tan fino él, metiendo en el mismo saco a ecologistas y a depredadores de los mares del sur, como habitualmente hace con fascistas y antifascistas o machistas y "feminazis"...
La del comentario anterior: un pequeño fallo técnico, soy Miriam.
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