jueves, 25 de febrero de 2010

Ahogados en lágrimas de cocodrilo

De repente, el gran estanque se ha llenado de cocodrilos políticos que dicen lamentar y hasta llorar la muerte del disidente cubano Orlando Zapata.
Estos animales (políticos) de cuidado se nos muestran ahora como los enérgicos repulsores del régimen que no quisieron serlo cuando la madre del sacrificado pidió a la comunidad internacional, veinte días antes de su muerte, que se intercediese por su hijo cuando aún se le podía salvar.
Todos (los cocodrilos políticos) se comportaron como los sordos que no lo fueron cuando presionaron y consiguieron que se liberase a Raúl Rivero o a Gutiérrez Menoyo, que no son, como lo era Zapata, ni albañiles ni negros.
No luce lo mismo poner el morro por la supuesta intelectualidad que por un currito con las manos grisáceas de cemento.

2 comentarios:

entrenomadas dijo...

Impecable artículo. Me lo quedo.

K,

Marta

Francisco O. Campillo dijo...

Mi abrazo, lleno de dolor por la tragedia de Zapata que ha sido sacrificado en un altar colmado de indignidad.