"A esas personas que se atreven a soñar las llamamos locos. Seguro que se acuerdan de alguno. A mí me emocionó el penalti con el que el loco Abreu eliminó a Ghana del Mundial de Suráfrica y llevó a Uruguay a las semifinales medio siglo después. Con 34 años, suplente, la piel tatuada como la de un arponero del Pequod, la sangre fría (que no es otra cosa que ausencia de miedo) de quien se atreve a soñar, Abreu le pegó a lo Panenka y marcó. En su árbol seguro que crecen palomitas".
Santiago Pérez en Diario de hoy
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