Algunas personas nacen con predisposición a hacer daño, a infligir dolor.
Por eso se comportan como si se creyesen con licencia para matar. Cela, don Camilo, los distinguía del resto porque llevan en la frente la señal del hijoputa.
Estoy de acuerdo. El hijoputa se nota, se intuye, se percibe, se huele, se ve venir. No sé si será genético, pero al menos tiene todas las trazas del atavismo. De otro modo no se entiende que individuos formados y supuestamente informados cometan atrocidades que sólo concebimos si son desencadenados por cortocircuitos cerebrales.
Tiene que ser eso. Un bloqueo emocional, una sobrecarga de egoísmo, un enchufe mal conectado en alguna parte del hemisferio izquierdo que te produce una protuberancia en la frente y te deja marcado para toda la vida. La señal del hijoputa.
Contra eso no hay campañas informativas ni formativas que valgan. Al hijoputa sólo se le derrota con hijoputeces.
4 comentarios:
Y lo peor de todo... como se pasan el día maquinando sus "hijoputeces" pues, aunque solo sea por el tiempo que le dedican, les suele salir bien, a los muy hijopts...
Un abrzote
Habría que señalar a los hijosputa por la calle, en la prensa, en la televisión.
Y nunca, nunca permitirles tener el mínimo poder.
Pordior, a ver mañana con que cara miro yo a los que tengo más cerca.
Igual les leo el manual de desactivación del hijoputa.
K,
Marta
Pordior, a ver mañana con que cara miro yo a los que tengo más cerca.
Igual les leo el manual de desactivación del hijoputa.
K,
Marta
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