¿Quién no tiene en su casa una edición del Quijote, otra de Los pazos de Ulloa e incluso de Fortunata y Jacinta?
Pues eso es lo que ofrece la "nueva" biblioteca clásica que la Academia Española de la Lengua, en colaboración con La Caixa, va a sacar al mercado en febrero.
La promoción es tan conocida que suena, ciertamente, a "clásica". Periódicamente, las editoriales repescan ediciones, las abrillantan, las publicitan y las ponen a la venta como novedades. Eso es lo que va a hacer la RAE, de la que dice la prensa que con esta colección "fija el canon de la literatura clásica en español" y "crea la biblioteca de los clásicos españoles". Como si el canon no estuviese ya fijado desde hace décadas y como si no se hubiesen editado ya colecciones de obras clásicas de literatura en castellano. Prueba de ello es que todas las ediciones ad hoc recogen prácticamente los mismos títulos y autores. No hay, pues, en cuanto a canon oficial, novedad alguna.
Si volvemos la vista atrás vemos que Editorial Crítica lanzó en 1997 una Biblioteca Clásica con idéntico número de obras (111) que la "nueva" colección de la RAE. Para ilustrar la extraña coincidencia entre una y otra, tanto aquella como esta arrancan con el Cantar de Mío Cid y terminan con Los pazos de Ulloa, incluyen las mismas obras de Galdós (Trafalgar / La corte de Carlos IV, Fortunata y Jacinta y Miau, publicadas en Crítica con los números de colección 104, 105 y 106) y, según ha trascendido, casi todas las Lope de Vega y Calderón que ya había publicado la editorial catalana. Por si no hubiese suficientes afinidades entre ambos proyectos, los dos llevan el mismo sello director: el de Francisco Rico. (A título de curiosidad, en su respuesta a la primera pregunta de la entrevista que hoy publica ABC con el catedrático, éste parece poner como ejemplo de obra novedosa en la Biblioteca de la RAE la Historia verdadera de la conquista de Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, cuando lo cierto es que ya aparecía en el canon de Crítica con el número 39 por orden de publicación).
Está bien que se publiquen libros y colecciones y que las empresas rentabilicen sus inversiones, pero que se trate de vender como nuevo lo que es viejo no parece muy apropiado.
Si la Academia de la Lengua ha adquirido a Crítica o a Rico (el copyright de la colección pertenece al catedrático) los derechos sobre esa biblioteca, debería decirlo y hablar, en todo caso, de reedición. Al fin y al cabo es una institución que se nutre en buena medida de fondos públicos... y de las ventas a quienes los aportamos.
3 comentarios:
En cierto modo, la RAE se ha convertido en una promotora comercial. Penoso.
Yo la veo de todos los modos completamente comercial.
Aunque estoy de acuerdo, con lo de la comercialidad de la RAE, conviene hacer algunas aclaraciones.
1º Es cierto que el catálogo de obras que componen esta "nueva" biblioteca clásica, auspiciada por la Academia, es casí idéntico al que en su día comenzo a publicar la desaparecida editorial Crítica. Sin embargo aquel proyecto nunca se finalizó. Cuando editorial Crítica fue comprada por Planeta se suspendio la publicación, que iba muy lenta. Posteriormente se reinicio la publicación en Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores, y se reeditarón algunos volúmenes y se incluyeron otros nuevos; perdimos eso sí, las bellas ediciones encuadernadas en papel fallero, y sobre todo los marcadores que cada ejemplar incluía. Hasta el momento se han publicado un total de 46 títulos.
2º Respecto al título que Rico presenta como novedad, sólo en parte tienes razón. Existen multitud de ediciones, algunas con prolijos comentarios, pero no llego a publicarse en la colección que él dirigía.
3º Por último las ediciones al cuidado de Rico, y encargadas a expertos de cada uno de los títulos, tienen un afán cuasi universitario. Los estudios, sistemas de anotaciones, y la fijación de los textos publicados, recogen lo más importante de la investigación sobre cada uno de los mismos existente hasta el momento. Seguramente este tipo de textos-ediciones no estén destinados a un gran público, pero indudablemente forman parte de lo que considero la buena salud de una cultura, representada en el respeto y fijación de sus clásicos.
Un saludo
Publicar un comentario