Los debates sobre ciencia y religión suelen estar entre los más apasionados de cuantos es capaz de concebir el ser humano, y tienen la peculiaridad de que no dejan indiferente.
Este suscitado a raíz del último artículo de Juan Manuel de Prada tiene la particularidad de que pone los puntos sobre la íes a alguien que goza de un generoso espacio en una publicación importante para que adjetive sustantivos e ideas más aptas para cándidos que para mentes activas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario